"Cruyff me decía: 'Sal y liquida"
En la memoria barcelonista aparece Òscar García Junyent (Sabadell, 1973) con el 9, vestido de verde, marcando un gol en el nevado estadio olímpico de Múnich, durante un partido extraordinario: aquel 2-2 de semifinales de la Copa de la UEFA de la temporada 1995-96 -el Bayern eliminó al Barça a doble partido y ganó el torneo-.
Pregunta: A usted se le considera con frecuencia miembro de la Quinta del Mini.
Respuesta: Soy mayor; a la Quinta pertenece mi hermano Roger, que debutó antes que De la Peña. Pertenezco a una generación anterior, una generación perdida. Ya estaba en el dream team que ganó las dos últimas Ligas antes de ser cedido al Albacete.
P. Volvió para jugar en el Barça la última temporada de Johan Cruyff en el banquillo, y jugó con su hermano Roger, Celades, Toni Velamazán, De la Peña, Moreno y Quique Álvarez...
R. Un año inolvidable, aunque no ganamos nada, por culpa de pequeños detalles. Jugamos la final de la Copa, fuimos subcampeones de Liga y semifinalistas de la UEFA... Pudimos ganarlo todo y en dos semanas lo perdimos todo. Para un equipo tan joven y con tan poca aportación de los extranjeros, el nivel de juego y competitividad fue altísimo. Todavía me pregunto por qué no se dio continuidad a aquel equipo que se estaba formando y que mostraba garantías de ganar muchos títulos.
P. ¿El partido cumbre de aquel equipo fue la goleada en el Villamarín: 1-5?
R. Yo también tenía idealizado aquel partido, pero lo he vuelto a ver y no hubo para tanto bombo, porque en la primera parte nos podían haber metido un carro. No, no fue el mejor. En la época del dream team pasaba lo mismo: vuelves a ver partidos y dices 'hombre, pues tampoco jugábamos siempre tan bien'. Puestos a elegir, me quedo con la primera parte de la semifinal de la Copa de la UEFA en Múnich.
P. Inolvidable: 2 de abril de 1996 y usted de delantero centro.
R. Sí, una de las pocas veces que llevé el 9. Jugamos de verde, hacía mucho frío. Nadal, Abelardo y Sergi estaban sancionados, así que mi hermano jugó de lateral izquierdo y ¡Pep [Guardiola] marcó a Klinsmann! Jugamos una primera parte extraordinaria. Debimos resolver la eliminatoria, pero no aprovechamos y lo pagamos: 2-2. Cruyff nos felicitó. Jugamos tan bien que antes de empezar hubiéramos firmado el 2-2, pero al final acabamos muy tristes. Marqué al cuarto de hora y terminamos la primera parte 0-1, pero pudimos marcar cinco. Luego, nos remontaron y al final, Hagi marcó el empate. Aquel año nos fallaron los extranjeros. En la vuelta perdimos 1-2.
P. Fue el año en que se fueron Koeman, Romario, Stoichkov y Korneiev y llegaron Hagi, Popescu, Prosinecki y Figo.
P. El equipo era muy joven y echó en falta la aportación de los extranjeros. Popescu jugó bien, pero no era un futbolista que marcara las diferencias, era un jugador de equipo, y Figo dio un rendimiento excelente, pero los demás... Prosinecki y Hagi tuvieron muchas lesiones. También llegó Kodro, bosnio, que venía de enchufarlas todas en la Real. Pero llegó en un momento terrible para él por la guerra de los Balcanes. De hecho, si me convertí en delantero centro de aquel equipo fue por la guerra de los Balcanes.
P. ¿Por qué?
R. Kodro estaba muy descentrado, es natural. Se le notaba que muchos días tenía la cabeza en su pueblo, donde morían o desparecían cientos de personas. Le era imposible pensar en el fútbol. Lo pasó muy mal. Yo era un 6, tenía gol y el mister me usaba de delantero centro. Y yo encantado. Siempre me sentí cómodo en el área. Yo era un 6, ésa es la verdad. Y el 6 llega, no está. En el Barça de Cruyff lo más difícil era ser un 9 y un 6, porque tenías que meter goles pero jugabas mucho de espaldas a la portería. El 6 metía muchos goles porque normalmente el medio centro defensivo no le seguía y los centrales bastante tenían con el delantero centro.
P. ¿El gol es un don?
R. Sí, el gol no se enseña. Hay jugadores que pueden pasarse 89 minutos en el área y no tocarán la pelota. A un delantero centro le caen dos al pie y mete las dos. ¿Por qué? No lo sé. Yo tenía facilidad para eso. Cuando el partido se encallaba, Cruyff me decía: 'Sal, marca un gol y liquida el partido'. Cruyff era así: salías de la charla y pensabas: 'Está iluminado', pero llegabas el campo y eso que era raro, ¡pasaba! Recuerdo que esa frase me la dijo un día contra el Espanyol. Íbamos 1-1, marqué en el 90, después de que Lardín rematara al palo; se fue Prosinecki por la izquierda, y ahí estaba yo.
P. Ahora el Barça juega sin 6.
R. Sí, pero la llegada de los interiores es superior a la de mi época. Ahora, uno de los dos volantes hace de 6 y entonces, jugaban más retrasados.
P. ¿Por qué no salen más 9 de la cantera?
R. Está Messi, que no es un 9, pero es tan bueno que podría jugar de lo que quisiera. Y Bojan.
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