El fantasma urbano de la crisis

Quizá en sus paseos por la ciudad le hayan llamado la atención demasiados cierres bajados; carteles ajados de se vende o se traspasa; el restaurante donde solía cenar, clausurado. ¿Cómo se traduce la crisis en el paisaje urbano? Un centro de ocio zombi, sin comercio ni gente. Torres de viviendas, algunas a medio hacer, donde parece que no vive nadie. Un otrora activo Chinatown del centro donde ahora están cerrados casi 30 locales... Al explorar algunos lugares de la ciudad da la sensación de transitar por la desolación, acompañando el paso al fantasma de la crisis. Opción, una gran superficie de Alcorcón sólo activada las noches de fines de semana. El Ensanche de Vallecas, con más de 500 promociones de vivienda pública pendientes (entre alquiler y venta) y edificios con la mitad de quienes podrían disfrutarlo. Y las calles de La Latina y Lavapiés, con chinos que regentan comercios de venta al por mayor cuyas cuentas disminuyen. En el paisaje urbano de Madrid, se dan tres situaciones que provocan la atmósfera desoladora: el modelo de barrios y bloques isla; las viviendas compradas como negocio que no pueden ser revendidas y las empresas a las que les pilló la crisis antes de edificar o con la edificación a medias.