Higuaín y cerrojazo
El argentino desatasca con un gol de clase un partido sórdido del Madrid, que no jugó a nada en Málaga
Los miles de madridistas malagueños que se juntaron en La Rosaleda tocaron sus trompetitas con fervor cuando marcó Higuaín, el mejor jugador de la noche, y el que puso el gol en un partido sórdido. El juego, cuando lo hubo, se interrumpió con frecuencia. No hubo continuidad. Ni al principio, ni al final, cuando el Madrid apostó por el cerrojazo.
Empeñados en organizar unidades combativas, muchos técnicos dedican más tiempo al proselitismo que al entrenamiento. Por el camino se olvidan de los jugadores que por su naturaleza creativa carecen de las virtudes derivadas de la obediencia ciega. Así prefirió Juande Ramos dejar a Guti en el banquillo. Tan preocupado estaba el técnico por la cohesión moral del grupo, que creyó que darle minutos equivalía a ceder un pedazo de autoridad. Juande la ha tomado con Guti, al que ha señalado como culpable del empate ante el Atlético y ha despreciado en Anfield, echándolo al campo para que juegue los minutos de la basura de la derrota más humillante que ha sufrido el Madrid en la última década. Como el entrenador anda metido en estas empresas, más de índole política que deportiva, corre el riesgo de que un día el equipo se le convierta en una ensalada de autómatas, que pululan por el campo como pastillas de jabón lanzadas a un charco de aceite. Esto puede pasarle un día cualquiera al Madrid. Por ejemplo en La Rosaleda, ante el Málaga, que si no está en Segunda es gracias a un esfuerzo encomiable y a la mediocridad general del campeonato.
MÁLAGA 0 - REAL MADRID 1
Málaga: Goitia; Jesús Gámez, Gaspar, Weligton, Calleja; Apoño, Lolo, Eliseu (Luque, m. 54), Duda (Nacho, m. 80); Baha (Salva, m. 65) y Adrián. No utilizados: Arnau; Cuadrado, Fernando y Miguel Ángel.
Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Metzelder, Miguel Torres; Gago; Sneijder (Parejo, m. 85), Raúl, Van der Vaart (Drenthe, m. 89); Higuain y Huntelaar (Javi García, m. 65). No utilizados: Dudek; Salgado, Cannavaro, Lass y Guti.
Gol: 0-1. M. 49. Higuaín parte del centro del campo, llega al área y dispara cruzado ante la salida de Goitia.
Árbitro: Undiano Mallenco. Amonestó a Duda, Sneijder, Sergio Ramos, Gago, Raúl, Gaspar y Calleja.
28.900 espectadores en La Rosaleda.
Con Guti suplente, Van der Vaart, Raúl y Sneijder no aportaron ni toque ni desborde
El Madrid no jugó a nada en Málaga. El equipo se disolvió en la zona de tres cuartos. Raúl, Sneijder y Van der Vaart no aportaron ni toque, ni desborde. Ni fueron creativos por afuera, ni armaron por adentro. Se quedaron en los amagues y no colaboraron con Gago, solo en el eje. Al Málaga le bastó con las labores de Lolo para tapar los espacios. Los jugadores del Madrid no fueron capaces de desarmar a una defensa que, básicamente, es la misma que se consagró en Segunda. Sólo uno de los atacantes que ayer visitaron La Rosaleda alarmó a Goitia. Fue Higuaín. El argentino creció con el correr del tiempo. Vertical como nadie, bajó a recibir y se fue siempre de su primer marcador. Al cabo del primer tiempo el Madrid no había conseguido nada. Ni un córner, ni un tiro entre los tres palos. Sólo un cabezazo alto del solitario Higuaín.
Sin juego por las bandas, y sin media punta, el Madrid se abocó a un mano a mano con el Málaga, que le ganó en coherencia. Acaudillados por Duda, los andaluces ocuparon mejor el campo y agitaron más el área de Casillas. Hasta siete veces remataron entre los tres palos. Sin consecuencias porque el portero hizo sus apariciones de rigor. Adrián y Baha vieron cómo Casillas se les interponía ante el gol. Las ocasiones locales se sucedieron como algo natural. El Madrid estaba aturdido cuando Gago recuperó un balón en su campo y abrió a la derecha para Higuaín. Cuando el argentino arrancó estaba a 50 metros del área. Se fue como se va un esquiador cuesta abajo. Cuando Weligton le salió al cierre, le hizo un eslalon, se abrió y definió al segundo palo con el empeine, de un derechazo. Fue la jugada de un delantero especial. La definió con clase. No fue cualquier gol. Fue un gol decisivo. Otro más en la cuenta de este chico introvertido, poco dado a la demagogia y poco apreciado por su entrenador últimamente, a pesar de ser el que más puntos ha conseguido con sus goles esta temporada.
Juande Ramos no esperó. Con el 0-1 en el marcador, quitó a Huntelaar y metió a Javi García. Metió el cerrojazo y hasta que no faltaban cinco minutos no usó al media punta que necesitaba su equipo. No fue Guti. Fue Parejo. Guti lo vio en la banda. Calentando y, seguramente, resignado al ostracismo que le espera.
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