"No seré un nido de artillería contra el Consell ni adoptaré la postura del avestruz"
Pregunta. Usted es el político eterno. Comenzó su carrera en la Administración franquista y la corona con la Sindicatura de Greuges. ¿Cómo encara el cargo?
Respuesta. Soy un hombre de gran vocación política desde que tengo uso de razón. Donde haya habido un problema o una inquietud ahí he querido estar. Ha habido épocas distintas, pero siempre con el mismo talante, el diálogo y la responsabilidad. He tenido una vida parlamentaria de 26 años ininterrumpidos, periodo más que suficiente para que los distintos grupos políticos me hayan valorado en mi forma de ser y pensar. Siempre he mantenido el mismo talante de diálogo de comprensión y de objetividad y de profesionalidad. Ahora inicio otra nueva fase, no culmino, con el mismo ánimo de servir a la persona y el mismo espíritu de entendimiento y comunicación. No voy a cerrar ni los ojos ni los oídos ante ningún problema.
"Ha habido un aluvión muy fuerte de quejas por la ley de Dependencia"
"Voy a poner el acento en la rapidez y eficacia de la Sindicatura"
P. ¿Cree que su militancia en el PP es compatible con la independencia del Síndic de Greuges?
R. Yo ya no soy militante del PP. He sido militante de este partido y tras el nombramiento presenté la baja. Cuando estaba en el PP era un hombre libre y la disciplina del partido no consiguió jamás anular mi responsabilidad y mi libertad. En este cargo voy a trabajar con total y absoluta objetividad y, al mismo tiempo, con un sentido profesional. No habrá la más mínima influencia por agentes internos ni externos.
P. ¿Va a ser la voz de los ciudadanos ante la Administración, o una sucursal del Consell?
R. No hay la más mínima duda: voy a defender los derechos y las libertades de los ciudadanos ante la Administración. No voy a convertir la Sindicatura en un nido de artillería para disparar sin objetividad ni concierto, sin antes examinar los problemas, pero tampoco voy a mirar hacia otro lado y adoptar la postura del avestruz. Ante un problema, una solución.
P. En plena crisis económica, usted ha pedido una indemnización de 114.612 euros tras su cese como vicepresidente de las Cortes Valencianas. ¿No cree que esto puede crear malestar entre los ciudadanos?
R. He estado durante 26 años en la vida parlamentaria. Existe una legislación al respecto y en ella me he apoyado. No me he salido ni un milímetro de lo que marca la legislación.
P. ¿No cree que finalmente los ciudadanos acaben por rebelarse ante una clase política que exprime hasta esos extremos su condición de cargo público?
R. No se trata de exprimir absolutamente nada. Se trata de que yo tengo unos derechos legales, que son consecuencia de un trabajo con profesionalidad y honestidad, y siempre con dedicación exclusiva. La austeridad siempre ha sido mi máxima, y así seguiré.
P. La Sindicatura es un órgano independiente del Ejecutivo, pero cuando sus resoluciones chocan con el interés de la Generalitat se cuestiona la figura, como ha sido el caso de la ex Síndic Emilia Caballero. ¿Qué opina de la campaña de acoso a Caballero?
R. Yo creo que no ha habido acoso, sino una diversidad de opiniones, algo natural en la vida, unas veces se coincide con los criterios de alguien, y otras no.
P. Ha sido nombrado Síndic después del periodo más convulso de la Sindicatura desde su creación, por la falta de consenso entre PP y PSPV. ¿Cree que esto ha dañado el crédito de la institución?
R. Yo no diría que ha habido un daño, sino un lapso de tiempo en que, por unas cuestiones ajenas a mi voluntad, los partidos no se pusieron de acuerdo sobre mi nombramiento. Alcanzado el consenso, hay que mirar al futuro. Si ha habido algo que haya podido mermar en estos meses la institución, lo recuperaremos.
P. ¿Cómo?
R. Estableciendo objetivos. Primero internos, es decir, adecuar la institución con una serie de personas cualificadas para presentar los informes de manera exacta y concienzuda. Segundo, la institución, hay que reconocerlo, no es conocida como uno desearía, quizás por su juventud o porque no ha habido posibilidades. Yo voy a establecer una etapa de marketing exterior para dar a conocer la Sindicatura en todos sus sentidos, y para eso necesito la ayuda de los medios. Que nos critiquen cuando lo crean conveniente, pero que también divulguen nuestras iniciativas. Y la tercera etapa, consecuencia de las dos primeras, es la necesidad de ampliar las instalaciones para suplir las deficiencias que tenemos. Y siempre desde el punto de vista de la austeridad, pero para cubrir la atención personalizada que se merecen los ciudadanos. Quiero que esta institución esté abierta a los ciudadanos y que confíen en ella. También nos desplazaremos hasta los colectivos sociales que nos requieran. La prioridad son las personas, y en esa jerarquía los más necesitados.
P. ¿Qué opina del funcionamiento de los servicios públicos valencianos?
R. En mi opinión funcionan bastante bien, aunque todo es mejorable, como quizás la atención al público en algunos ayuntamientos. Estaremos a la expectativa de las quejas, e intervendremos siempre en el marco de nuestra competencia.
P. ¿Cuál cree que es el aspecto de las relaciones de los ciudadanos y la Administración sobre el que es necesario más control?
R. Estamos recibiendo muchas quejas, y cada colectivo tiene sus necesidades. Hay del tema de urbanismo, sanidad, asistencia social, e incluso de otros que no tenemos competencia, como de inmigración, que tenemos que trasladar al Defensor del Pueblo.
P. ¿Cuál es el origen de la interminable lista de quejas de los ciudadanos afectados por la ley de la Dependencia?
R. Ha habido un aluvión muy fuerte de quejas que estamos tramitando a la consejería.
P. ¿Por qué esta Comunidad está a la cola en la aplicación de esta ley?
R. En el nivel que está la consejería no se lo puedo decir, porque no lo conozco. Pero las quejas que se están presentando las estamos tramitando.
P. ¿Cómo afrontará las quejas por las deficiencias en Sanidad o en la enseñaza en valenciano?
R. No habrá queja que no tenga los trámites legales que se merece, ya dependan de una u otra Administración. Cualquier queja razonable tendrá su canal de comunicación. Estamos estableciendo ya un control muy riguroso para que se adecuen los tiempos del inicio del trámite de la queja hasta su resolución, para agilizar los plazos, y, en paralelo, dentro de una labor de seguimiento y control. No se va a quedar nada archivado.
P. ¿Será tan prolífico dictando resoluciones como lo fue a la hora de plantear preguntas al Consell en su primera etapa de parlamentario, cuando formuló 1.000 en tres años?
R. No quiero compararme con nada ni con nadie, pero sí debo poner el acento en la rapidez, agilidad y eficacia.
P. ¿Va a descentralizar la Sindicatura?
R. Es una cuestión que estoy sopesando. No obstante, la capacidad de solucionar no es al cien por cien mía, sino que he de hablarlo con otras instituciones. Me gustaría contar en Valencia y Castellón con oficinas dependientes de la de Alicante.
P. ¿Tendrá más asesores y personal de confianza? ¿Bajo qué criterios los seleccionará, debido a méritos propios o por su afinidad al PP?
R. Aquí, si tiene que entrar alguien más, que falta nos hace, será desde un punto de vista profesional, y de la eficacia.
P. ¿Pero habrá o no más personal de confianza?
R. Ya está todo en orden. Los que tenían que entrar han entrado y los que tenían que continuar siguen, todos con su responsabilidad clara y definida. El personal de confianza son todos.
P. ¿Seguirá la línea de sus antecesores o dará un giro al trabajo de la institución?
P. Nosotros hemos formado un buen equipo. Me gusta asumir la responsabilidad y tomar la iniciativa, pero también oír, escuchar y ser transparente en las decisiones. No rehúyo el trabajo en equipo, lo incito.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.