Yukio Endo, gran campeón japonés de gimnasia

El gran público conoce los nombres de los gimnastas que alguna vez lograron un diez. Como Nadia Comaneci, simbolizan la perfección. Pero hay algo menos obvio, pero que es uno de los mayores honores que puede recibir un gimnasta: que un ejercicio lleve su nombre. Sólo lo consiguen los primeros en ejecutar un movimiento. Yukio Endo, fallecido el 25 de marzo por un cáncer de esófago a los 72 años, fue uno de esos elegidos. Fue en los años sesenta, cuando Japón, el país donde nació -el 18 de enero de 1937, en Akita-, dominaba en gimnasia. Uno de los ejercicios que inventó para la barra fija aún se practica.

Endo formó parte del equipo que ganó los Juegos Olímpicos de Roma 1960 y consiguió el primer oro para Japón en una década en la que el país barrió en todos los tapices, olímpicos y mundiales. Como joven promesa casi eclipsaba a la gran leyenda del momento, Ono. De la época recordaba que lo que más ilusión le hacía era "el viaje en avión", según recogía la revista International Gimnastics.

Quería convertirse en el mejor gimnasta del mundo. Pero tuvo que esperar cuatro años, y lo hizo a lo grande: en casa -los Juegos de 1964 de Tokio-, con toda la presión. Endo se convirtió en el primer japonés en lograr el título individual, el que corona al gimnasta más completo. En total logró siete medallas, cinco de ellas de oro, en otros Juegos. En 1996 recibió la Medalla del Emperador, una de las distinciones más altas de Japón.