Bajo el síndrome de Peter Pan
Riera no termina de explotar su prodigiosa zurda por su carácter especial
Recién cumplidos los 19 años, Albert Riera debutó con el Mallorca en Primera División de la mano de Luis Aragonés. Transcurridas nueve temporadas y previo paso por cinco equipos -Mallorca, Girondins, Espanyol, Manchester City y ahora Liverpool- está a punto de cumplir los 28 años y se sigue esperando que alcance su madurez, víctima como es del síndrome de Peter Pan, que le impide explotar sus enormes cualidades para convertirse en un futbolista importante.
Vicente del Bosque cuenta con él para el equipo titular de esta noche consciente de que ningún otro zurdo -en ausencia de Iniesta, el salmantino dispone de Mata y Silva- le garantiza tanta profundidad en el ataque como le ofrece el buen tranco del balear, al que desde niño le acompaña el consejo que le dio Jovan Stankovic, su ídolo de la infancia, cuando sólo era un recogepelotas en el viejo estadio Lluís Sitjar: "La principal misión de un extremo es llegar a la línea de gol", le dijo el serbio. En eso anda Riera, porque hubo un tiempo en que "no llegaba a ninguna de las dos áreas", según sostuvo Miguel Ángel Lotina, que le recogió en el Espanyol después de dos años en el Girondins y que, desesperado por no conseguir exprimir el talento del manacorense, tiró la toalla a media campaña.
Sin sitio en Montjuïc, Riera se fue cedido al Manchester City y, de vuelta a Barcelona, avisó: "Ha sido algo excepcional. He ganado en experiencia". Quienes han vivido con él los dos últimos años discrepan de que tal anuncio tuviera base sólida. "Es el típico mallorquín", reconoce un veterano del cuerpo técnico del Espanyol: "Según sopla el viento, es encantador o no está para nadie". "Pero no es conflictivo", dicen en el vestuario del cuadro blanquiazul, en el que empezó siendo íntimo de De la Peña y terminó por no separarse del serbio Lola. "Como compañero, sólo tiene un problema: no deja de hablar", advierte Fernando Torres, con quien ha hecho migas en el Liverpool.
Ernesto Valverde, que fue su entrenador durante dos temporadas en el Espanyol, recuerda que la toma de contacto cuando cogió al equipo no fue buena. "Nos generó muchas dudas al principio, en la pretemporada, pero terminó por ganarse el sitio y jugó muchos partidos". Con el txingurri, Riera ganó recorrido y aprendió que tan importante era llegar como replegarse. Valverde admite al hablar de Riera: "Hay que estar muy encima de él, especialmente cuando las cosas le van bien, porque se dispersa con facilidad y eso le perjudica porque le resta regularidad". El ahora técnico del Olympiacos le señala como "un jugador importante, de partidos grandes". "No se asusta. Le gustan los retos y se supera al afrontarlos. Albert suele dar lo mejor bajo presión", reconoce Valverde.
"Es un jugador especial, tanto anímicamente como en lo futbolístico", convienen en el cuerpo técnico de la selección española, con la que hoy jugará su octavo partido desde que Luis le hiciera debutar contra Dinamarca en Aarhus, partido que celebró marcando un golazo. Del Bosque y sus ayudantes confían en que la estancia de Riera en el Liverpool -pagó 10 millones al Espanyol el pasado agosto- le sirva para asentarse como persona y, consecuentemente, como futbolista. Zurdo, con enorme llegada, notable remate de cabeza y cada vez más trabajador, a Riera se le sigue esperando en su madurez.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.