Uriarte reivindica "con valentía" el diálogo ante todo tipo de confrontación
Insiste en la necesidad de la cercanía humana a los familiares de presos de ETA
A las alturas de su prelado, Juan María Uriarte, obispo de San Sebastián, no se contuvo ayer en el análisis sobre la apuesta por la paz en el País Vasco. Consciente de que puede provocar "incomprensión", volvió a refugiarse en las referencias éticas y morales y en su conocimiento del terreno que pisa para subrayar su conocida apuesta por el diálogo y la reconcialición, exigiendo una vez más "que ETA desaparezca".
Uriarte concita el interés propio en cualquiera de sus intervenciones, como reconoció el propio obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, al presentar al ponente en el desayuno informativo de Tribuna Euskadi. Ayer lo demostró ante un auditorio donde destacó la presencia, sobre todo, de políticos nacionalistas (Urkullu, Idoia Bilbao, Azkarate, Inclán, Erkoreka) junto a Carmelo Barrio (PP) y Rafa Larreina (EA), en la mesa con el vicario Mario Iceta, y la ausencia de socialistas.
"Quitar relieve a la clase de religión es empobrecer la calidad educativa"
El obispo de San Sebastián reivindicó "con valentía" el diálogo como "instrumento insustituible" de todo tipo de confrontación, al tiempo que puso especial énfasis en negar la "equidistancia" de la Iglesia vasca. Lo hizo, sobre todo, tras reconocer el "deber apostólico" que le supone "demostrar cercanía humana" a los familiares de los presos "que causan dolor" y que es siempre un tema mediáticamente espinoso. Por eso negó la acusación de "tibieza" contra los obispos vascos y eludió responder a Antonio Basagoiti quien le acusó directamente de ser "un lastre para la paz". Uriarte fue contundente en exigir la desaparición de ETA como ya hizo en su primera homilía como obispo de San Sebastián en el funeral por López de Lacalle, asesinado por ETA.
En el turno de preguntas, eludió cualquier referencia al nuevo escenario político en el País Vasco, aunque admitió que "a cualquier" formación política le pediría "en estos momentos" que "favorezca la paz, el encuentro entre todas las sensibilidades de este pueblo y ayude a superar la crisis económica".
Uriarte fue muy rotundo en su crítica al decreto del Gobierno vasco sobre las clases de religión en el Bachillerato y que los obispos vascos recurrieron la pasada semana. Lamentó que "no se reconozca" la "seriedad" de esta asignatura y su "valor" para la "formación cívica y humana". Para él, "quitarle relieve a la clase de religión es empobrecer la calidad educativa", subrayó.
El encuentro del obispo de San Sebastián coincide con la aparición de su libro Palabras para la paz donde se recogen sus posiciones y que fue alabado de manera ostensible por el propio Ricardo Blázquez. La estrecha relación entre ambos fue evidente en varios momentos del acto informativo. De hecho, Uriarte adelantó su "satisfacción" en el supuesto de que el obispo de Bilbao fuera nombrado cardenal.
Ya en una mirada más interior, el obispo de San Sebastián dijo desconocer "su futuro" al ser preguntado sobre la identidad de su posible sucesor. "Debe saber situarse bien y amar a esta sociedad plural para que no llegue a la confrontación".
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