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La FIFA, tranquila ante el Mundial

Los medios de comunicación de Suráfrica han recogido la tragedia de Costa de Marfil como algo lejano que difícilmente habría podido suceder en su país, donde en junio se disputará la Copa Confederaciones y en 2010 el Mundial. Los mismos periódicos recogen también las palabras tranquilizadoras del delegado de la FIFA en Suráfrica, Danny Jordaan, quien aseguró que accidentes de este estilo ocurren en el continente porque la gente acude a comprar las entradas justo antes del partido, pero que son imposibles en Suráfrica. Claro que no hace memoria. Suráfrica ya vivió dos desastres similares. En 2001, 43 espectadores murieron en una desbandada en un partido; en 1991, otros 40 fallecieron cuando trataban de entrar en el estadio Oppenheimer.

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"Pagamos a la policía para entrar"

"Esto no sucederá en el Mundial porque las entradas se ponen a la venta con mucha antelación y porque las fuerzas de seguridad impedirán que los que no las tengan se acerquen a los estadios", dijo el directivo de la FIFA. Todos los estadios en los que se va a jugar la Copa Confederaciones este verano son de nueva construcción y, aunque hace meses se dudó de que el ritmo de los trabajos fuera el adecuado, parece que para la competición de junio (del 14 al 28) estarán listos.

Si en Costa de Marfil la avalancha se originó por un exceso de seguidores, en Suráfrica se quejan de lo contrario. Para la Copa Confederaciones se han puesto a la venta 640.000 entradas, pero se han vendido de momento 200.000 (algunos partidos, como el Irak-Nueva Zelanda, sólo tienen 1.000 espectadores asegurados). Esta situación ha motivado las críticas del secretario general de la FIFA, el francés Jerome Valcke, que reprochó al comité organizador el no haber hecho más campaña publicitaria.

El pasado fin de semana, Suráfrica y Noruega jugaron un amistoso en el Royal Bafokeng, de Rustenburg, uno los estadios del Mundial. Con capacidad para 40.000 espectadores, las gradas estaban medio vacías para ver la victoria local (2-1). Hubo problemas de transporte y algunos espectadores no pudieron acceder al estadio por cuestiones de seguridad. El encuentro se inició con dos minutos de retraso.

Para atraer más gente a los estadios, la FIFA estudia aumentar el número de entradas de la categoría cuatro, la más barata, y los bonos para seguir todos los partidos que se disputen en el mismo escenario. En cuanto a la seguridad, se aumentarán en 41.000 los efectivos destinados al evento, que ha recibido la colaboración de la policía alemana y el asesoramiento del FBI en materia antiterrorista.

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