La angustia de Cristiano
El extremo sigue sin marcar con Portugal, hundida en la fase clasificatoria para el Mundial
La presencia de Cristiano Ronaldo en el Mundial de Suráfrica 2010 pende de un hilo. El extremo del Manchester United, considerado el mejor futbolista del curso pasado, reconocido con el FIFA World Player y el Balón de Oro, se plantea la posibilidad de quedarse fuera del torneo futbolístico por excelencia. "Es la gran pasarela con la que sueña todo jugador cada cuatro años, pero Cristiano es consciente de que puede perderse el primer Mundial en África. Portugal bastante tiene con asegurarse la eliminatoria que disputarán los segundos de grupo. Es lo que hay si fallas contra los suecos como si fueras una escopeta de feria. El empate sirve de muy poco", sostienen desde el círculo del pistolero de las islas Madeira. Diana de las críticas por los malos resultados -el goleador es Nani, con dos aciertos-, Cristiano Ronaldo, que no se ha estrenado en el camino hacia el Mundial, reivindicó su valía a su manera: "Si todos [mis compañeros] hicieran lo que yo en la selección, ya seríamos campeones".
Tercera de grupo, a cuatro puntos de Dinamarca (con un partido menos) y de Hungría, la escuadra de Carlos Queiroz sólo ha sido capaz de ganar, en su debut, a Malta (0-4). El buen comienzo se quedó en espejismo tras perder en el descuento con los daneses (2-3) en Lisboa y empatar sin goles sus dos duelos con Suecia y el de Albania en Braga. "No hay nada fácil en esta vida, pero siento una frustración enorme", reconoció Queiroz tras el encuentro. El ayudante de Alex Ferguson, que recogió el testigo de Luiz Felipe Scolari "confiado", después de que el técnico brasileño anunciase su fichaje por el Chelsea una vez confirmado el pase de la seleção a los octavos de la pasada Eurocopa, sigue sin dar con la tecla de un equipo que no vence desde el 6 de septiembre.
"Como todos, Cristiano está jorobado. La ocasión que falló en el minuto 88 delante de Isaksson nos dejó mal cuerpo porque pensábamos que había entrado", refiere Maniche. El centrocampista del Atlético arrastraba anoche las palabras, recién aterrizada la expedición portuguesa en Suiza, donde disputarán mañana un amistoso contra Suráfrica. La elección no es casualidad: ya en la pasada Eurocopa, el combinado luso, entonces dirigido por Felipão, se decantó por los cantones de la Confederación Helvética, rebosantes de emigrantes portugueses, para montar su base de operaciones. Durante los días previos al certamen, la algarabía y el colorido de la hinchada colocaron a la subcampeona de la cita de 2004 entre las favoritas. "Todo ese ruido quizás nos perjudicó porque, al final, se hablaba más de lo extradeportivo que de lo que realmente importaba, el fútbol", razona Simão. El ala rojiblanco dispuso el sábado de una de las mejores bazas para abrir la lata sueca: "Somos un equipo muy ofensivo y estábamos ansiosos por marcar pronto porque, si no, sabíamos que se irían atrás, a por las tablas".
"Nos entrenamos bien durante la semana, preparamos el partido, incluso hicimos una buena primera parte contra los suecos... Eso no esconde un problema muy serio: ahora ya no dependemos de nosotros mismos", fue el discurso, frío, seco y al grano, de Deco, ahora en el Chelsea.
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