"No todo son pases de cinco metros"

Cuatro entrenadores de la federación se acomodaron ayer en un rincón del campo principal de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas para ver el penúltimo entrenamiento de España antes de enfrentarse a Turquía. "A ver, mójate", le dijo uno a otro. "¿Quiénes jugarán mañana en el medio". El más atrevido enumeró sus favoritos: "Senna, Xavi, Alonso y... ¡ufff!". El más escéptico miró al rival: "¡Turquía es la selección más rápida de Europa! Tienes que cubrir las bandas y si juegan esos tres... ¿Cómo cierras las bandas?".

El debate estaba en las gradas. En el interior del vestuario, los jugadores tampoco sabían ayer por la tarde quién formará el centro del campo español a falta de Iniesta. El seleccionador, Vicente del Bosque, quiere apostar por Xabi Alonso. La decisión entraña ciertos riesgos. Durante la Eurocopa, la selección nunca salió al campo con Senna, Alonso y Xavi. Hasta que Del Bosque se hizo cargo de la caseta, Alonso y Xavi fueron titulares en siete ocasiones. En la última, ante Islandia, el medio centro vasco fue expulsado. Nunca volvió al equipo titular de Luis Aragonés. Las cosas han cambiado ahora. Como dijo ayer Cazorla: "Senna, Alonso y Xavi lo pueden hacer fenomenal; si no, ahí está el partido de Sevilla contra Inglaterra. Ese día, con ellos tres de entrada, el equipo jugó muy bien".

"Hay algún compañero que parece que no perderá el balón jamás", dice el vasco

La fisonomía de bachiller no ayudó a Xabi Alonso a atenuar su aire de joven tierno. Esta cara de niño bueno, en un negocio que favorece a los pivotes de aspecto patibulario, era casi un hándicap. Hasta esta temporada, al menos. Últimamente, Alonso ha compensado la suavidad de sus facciones con una barba hirsuta, rojiza, que le confiere una apariencia inquietante. Un aplomo marinero que coincide con su evolución como jugador, cada vez más firme, cada día más consistente, más capacitado para conducir a sus equipos en situaciones de toda clase.

Hasta 2007, cada vez que Alonso estaba en el campo, Luis le enmendaba las decisiones. Ante la insistencia del medio centro en los desplazamientos largos, el entonces seleccionador le hacía gestos para que tocara en corto. El estilo del Liverpool de Rafa Benítez, su equipo de procedencia, estaba en las antípodas del juego que quería inculcar Luis. Tal vez Xabi necesitaba tiempo de acción para empezar a rodar a gusto. Ahora, Del Bosque espera dárselo. Xabi asegura que el fútbol con el que se identifica es el de España: "En la selección sí que encajo bastante bien en el modelo. Sí que intentaba un pase largo, pero pocas veces. Creo que está bien hacer un pase largo o un cambio de orientación de vez en cuando, que es un tipo de juego que me gusta también. No sólo se vive de los pases de cinco metros. Hay que saber alternarlo".

Con Del Bosque, Alonso, que ya tiene 27 años, ha jugado dos partidos oficiales como titular junto a Xavi: contra Bélgica y Estonia. En los dos, España se ha impuesto con claridad. Sin alterar su predilección por el toque hasta rozar el manierismo. "Hay partidos que son una pasada", dice Alonso con una sonrisa; "hay alguno que tiene el don de no perder el balón y parece imposible que el equipo lo pierda. Y sí que puede exagerarse un poco el juego de toque, pero con los jugadores que hay no existe otra alternativa. Si tienes cuatro alrededor que sabes que no la van a perder, dar un pase largo no tiene mucho sentido. Parece que está prohibido tirar a 30 metros. Pero creo que el juego de la selección está progresando. El partido de Bélgica y el de Inglaterra fueron piedras de toque. El juego de la selección no se estanca. No nos dormimos en los laureles".