Muere un recién nacido abandonado por su madre en un armario
Marianela G. M. mantuvo en secreto su embarazo. Día tras día, la mujer, que ya tenía otra niña pequeña, fue a su trabajo de cajera en un supermercado sin que sus compañeros supieran que esperaba un segundo hijo. Tampoco sus vecinos. La noche del miércoles pasado dio a luz ella sola. Cortó el cordón umbilical y dejó al pequeño envuelto en ropa dentro de un armario. La policía lo encontró muerto tres días después. Marianela G. M., ecuatoriana de 30 años, está desde el lunes en prisión.
"Todo es un misterio", decía en la tarde de ayer su compañera de piso en la puerta de la vivienda que comparte con la detenida, en San Blas. La noche del miércoles, ésta le pidió que la acompañara al hospital. Tenía fuertes dolores de tripa y sangraba. Ya en el hospital La Paz, los médicos descubrieron que acababa de parir. Le preguntaron por el bebé, pero ella negó que hubiera tenido un parto. La dirección del hospital avisó a la policía.
Ni sus vecinos ni sus compañeros de trabajo se dieron cuenta del embarazo
Fue a urgencias y los médicos descubrieron que acababa de parir
Tras varios interrogatorios, Marianela reconoció que había expulsado un feto muerto y que lo había tirado a un contenedor. La policía rastreó el barrio. "Miraron todos los cubos de basura que había en la calle y preguntaron a la gente", explicaba ayer el portero de la finca en la que vivía la arrestada. La policía alertó además al vertedero de Valdemingómez, en previsión de que el cuerpo hubiera podido llegar hasta allí. También inspeccionaron la vivienda.
No hizo falta seguir buscando. El sábado por la noche, su compañera de piso y el primo de ésta, que vive también en la casa, encontraron al bebé. Ya estaba muerto. "Lo vi yo, imagínate", se limitaba a decir ayer la joven, también ecuatoriana. Hasta ese momento ni siquiera podía creer que su amiga hubiera escondido su embarazo o que hubiese tenido un parto ella sola. La detenida, que lleva varios años viviendo en España, no tiene familia aquí, salvo su hija pequeña.
Tras encontrar el cadáver, los compañeros de piso de Marianela alertaron a la policía. Desde allí, el cuerpo fue llevado al Instituto Anatómico Forense, donde se le practicó la autopsia. El resultado no dejaba lugar a dudas, según señaló ayer un portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid: el bebé había nacido vivo y murió horas más tarde en el armario en el que le abandonaron.
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