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Un recorrido entre Cézanne y Léger

El Museo de Bellas Artes expone su obra sobre papel de la entrada al siglo XX

El Museo de Bellas Artes puso en marcha en 2005 un programa de exposiciones dedicado a mostrar sus fondos de obra sobre papel, más de seis mil piezas entre acuarelas, carteles, collages, dibujos, grabados, pinturas y fotografías que por su fragilidad no pueden ser expuestas de forma permanente. La serie de exposiciones ha avanzado cronológicamente hasta llegar a los años finales del siglo XIX y entrar en las primeras décadas del XX, entre los límites que se concretan en obras de dos maestros: dos litografías de Paul Cézanne (1839-1906), el padre del arte moderno, y Fernand Léger (1881-1955), representado por un gouache de 1940, un bodegón realizado en plena madurez. La exposición De Cézanne a Léger. Colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao se inauguró ayer con 115 obras de 43 artistas que ofrecen una amplísima variedad de temáticas y estéticas, que arrancan, explicó su comisario, Javier Novo, del "inicio del abandono del realismo visual y de la tradición académica" para llegar a las expresiones de las vanguardias. Los fondos del museo también muestran a los artistas que se mantuvieron más fieles al academicismo e incluyen ejemplos del costumbrismo vasco de la época.

Novo, miembro del Departamento de exposiciones del Museo de Bellas Artes, recuerda que a finales del XIX culminó la autonomía de la obra sobre papel. A su mayor aceptación en el marcado se sumó la mejora de las técnicas de grabado y aparición de una mayor variedad de productos industriales, que incrementaron las posibilidades de los artistas.

Entre las obras seleccionados están los paisajes urbanos de Bilbao, realizados al pastel por Manuel Losada, en contraste con los aguafuertes de José Gutiérrez Solana y los retratos del pintor Pablo Uranga, plasmados al carboncillo por Ignacio Zuloaga. Los dibujos de Adolfo Guiard, Anselmo Guinea, Francisco Iturrino, Georges Rouault, Joaquín Torres García, Ricard Canals, los hermanos Arrúe, y Daniel Vázquez Díaz, entre otros, continúan el recorrido cronológico por las primeras décadas del siglo XX. Las obras de Marcoussis y Léger experimentaron con el cubismo, mientras que una pieza de Oskar Kokoschka, revela las posibilidades expresivas del color en el gouache ¡Ayuda a los niños vascos! (1937).

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