La prevención de pérdidas en la banca
A raíz de los denominados Nuevos Acuerdos de Capital de Basilea, el sector financiero está implantando modelos para identificar, cuantificar y gestionar la exposición que tiene al denominado riesgo operacional. El concepto podemos definirlo como la probabilidad de incurrir en pérdidas de todo tipo debido a fallos o inadecuación de los sistemas, las personas o por eventos exógenos que puedan afectar a la actividad. Engloba el riesgo legal (sanciones, indemnizaciones...), pero no el estratégico ni el reputacional.
A pesar de que estos modelos tienen como finalidad oficial el cálculo de capital regulatorio (los recursos necesarios para hacer frente a las pérdidas), lo cierto es que este ejercicio analítico de identificar un mapa de riesgos nos brinda beneficios adicionales:
- Mejora la toma de decisiones al poner un valor económico a los costes de la no calidad.
- Genera una dinámica de reflexión y de mejora en toda la organización, reduciendo así las pérdidas directas derivadas de los fallos operativos.
El riesgo operacional no es exclusivo de las entidades de crédito, está presente en cualquier actividad empresarial. De hecho, ya en 1979, Philip Crosby publicó su best seller Quality is free, en el que trazaba una nueva línea de pensamiento sobre el coste de la calidad y de la no calidad.
El concepto ha nacido en el sector financiero en el afán de los supervisores de garantizar su robustez, pero con las debidas adaptaciones a cada realidad empresarial, es una vía a explorar, tanto para quien parta de cero como para quien desee mejorar los sistemas de cuantificación del coste de la no calidad. Los elementos que configuran un sistema de gestión son:
- Un mapa de los riesgos potenciales asociados a cada actividad de la compañía, determinando en cada caso la probabilidad de ocurrencia, el impacto económico (severidad) y el nivel de mitigación mediante elementos de control o de transferencia del riesgo. La severidad se evalúa bajo condiciones normales (pérdida esperada) y en situaciones de estrés (peor escenario a un año vista).
- Un inventario de pérdidas reales que es un back-testing de las estimaciones anteriores.
- Un sistema de indicadores que miden las fluctuaciones en los niveles de exposición. Y otro de gestión de acciones de mejora.
- Un cuadro de mando de riesgos que aglutina lo anterior para la toma de decisiones.
Pere Miralles Vallbona es vicepresidente del Club Excelencia en Gestión y también es director de riesgo operacional y calidad del Banco Sabadell.
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