Un análisis sin manos
Un equipo del Louvre prueba una nueva técnica sin toma de muestras en seis tablas de Pedro de Campaña
Hasta ahora, para restaurar un lienzo o una escultura era necesario tomar una pequeña muestra que podía llevarse al laboratorio y analizar así sus componentes. Pero este método "destructivo" va camino de convertirse en historia.
Un equipo del Museo del Louvre está desde el pasado miércoles en Sevilla, en el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), para probar el prototipo de un sistema de fluorescencia y difracción de rayos X portátil. El sistema, desarrollado en el programa EU-Artech de la Unión Europea, permite conocer la composición química elemental y mineralógica de los materiales utilizados por el artista sin tener que trasladar la obra al laboratorio.
"Partimos de una máquina de fluorescencia por rayos X, pero este nuevo instrumento va más allá e identifica el soporte de los materiales, lo que les permite a los restauradores no sólo datar y descubrir los repintes de la pieza; sino también saber qué materiales pueden usar para su restauración sin que peligren los originales", explicó ayer Jacques Castaing, director de investigación en el Centro de Investigación y Restauración de los Museos Franceses (CNRS), quien trabaja en el IAPH con la colaboración del profesor Ángel Polvorinos, del Departamento de Cristalografía, Mineralogía y Química Agrícola de la Universidad de Sevilla.
El equipo es portátil y permitirá trabajar en los museos sin trasladar las obras
El grupo de investigación de los servicios científicos del Louvre ha desarrollado este prototipo en tres años y, desde hace dos, lo está probando en el propio Museo del Louvre -dónde lo aplicaron a los óleos de Andrea Mantegna (siglo XV)-, además de en pinacotecas italianas, belgas y, ahora, en seis de las 15 tablas del retablo mayor de la Iglesia de Santa Ana, en Triana (Sevilla), el mejor conjunto del pintor flamenco Pedro de Campaña (siglo XVI) que se conserva en la ciudad.
La nueva tecnología, en la que ocho personas -químicos, físicos, mecánicos e informático- llevan trabajando cinco años bajo la dirección de Jacques Castaing, está compuesta por un escáner, un ordenador y el aparato con los analizadores de rayos X. "Hemos encontrado dos azules diferentes: el esmalte de cobalto, empleado en las partes más importantes porque era más caro y otro, el que emplea en los fondos, que es azurita, un compuesto del cobre", apunta el químico español del CSIC Adrián Durán, que trabaja con el equipo del Louvre.
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