Anxo Quintana y la ejecutiva del BNG dimiten tras la derrota en Galicia

Trece días después de la derrota electoral, las dimisiones llegaron al BNG, el socio del PSOE en la Xunta de Galicia. Su líder, Anxo Quintana, y los otros 14 miembros de la ejecutiva presentaron ayer su dimisión conjunta ante el Consello Nacional, que convocó para el próximo 10 de mayo la asamblea extraordinaria de la que saldrán los nuevos órganos de dirección de los nacionalistas gallegos. Quintana adelantó que no optará a la reelección.

Un grupo de trabajo de siete personas, seis de ellas de la ejecutiva saliente, se encargará de organizar el congreso, que será lo más parecido a una cita abierta a toda la militancia desde que el BNG abandonó su condición asamblearia, en 2006. Participarán no menos de 2.500 delegados, aproximadamente uno por cada tres afiliados. La adscripción de los miembros de la gestora respeta escrupulosamente el equilibrio de poder en los actuales órganos de dirección de la formación nacionalista, en la que participa una compleja gama de corrientes y partidos políticos.

Una asamblea renovará en mayo la dirección de los nacionalistas

Quintana anuncia que no optará a la reelección como portavoz nacional

Quintana satisfacía con su dimisión a los sectores del Bloque Nacionalista Galego que reclamaban responsabilidades por el resultado en las autonómicas, en las que la pérdida de un diputado del BNG permitió al PP recuperar la mayoría absoluta en el Parlamento de Galicia. La victoria del partido de Alberto Núñez Feijóo pone fin a cuatro años de Gobierno de coalición entre los nacionalistas y el PSOE presidido por el socialista Emilio Pérez Touriño.

En su intervención ante el Consello Nacional, máximo órgano del BNG entre asambleas, Quintana pidió "disculpas" por los "malos resultados sin ningún tipo de paliativos". Según explicó, es necesario abrir un proceso de autocrítica, pero no de "flagelación". Entre los errores cometidos por el Bloque, su todavía portavoz nacional destacó haber dado por superada la etapa del PP en Galicia y no haber asumido en su relación con el PSOE "la cultura de la coalición".

Al proponer la participación de 2.500 militantes, Quintana también conjugó los intereses de los que reclaman un congreso por delegados con los que defienden el modelo asambleario, entre los que se encuentra su antecesor en el cargo, Xosé Manuel Beiras. Será en todo caso un cónclave para gestionar la provisionalidad, porque un año más tarde, en 2010, el BNG citará de nuevo a las bases para elegir, ya con más calma, la dirección que conducirá al partido a las siguientes elecciones autonómicas.

Si el vicepresidente de la Xunta en funciones dejó clara su renuncia a la portavocía nacional, cargo reservado en el Bloque a su principal protagonista, no fue tan explícito respecto al papel que jugará en el Parlamento en la próxima legislatura. "Se resolverá en los próximos días", se limitó a señalar.