En la calle, contra la crisis
Barcelona acogió una nutrida manifestación para presionar a la Administración en la búsqueda de soluciones y para frenar la sangría del empleo
Cataluña está en recesión, tiene una tasa de paro del 11,8% y al menos 17.252 trabajadores afectados (datos de enero) por algún tipo de regulación de empleo: temporal, de despidos o de reducción de jornada. Miles personas se lanzaron ayer al centro de Barcelona, convocados por Comisiones Obreras y UGT, para decir que los trabajadores no tienen que pagar los platos rotos de una deblace económica que no han generado. Para protestar contra la crisis. Y para criticar que, a su juicio, las medidas promovidas por el Gobierno central y autonómico "son claramente insuficientes". Protestaron contra el abaratamiento del despido que piden los empresarios y también contra los recortes de empleo injustificados.
Cuando sonó 'La Internacional', la mayoría de políticos ya no estaban
Manel, un autónomo de Barcelona que acudió con su mujer, daba su versión de la protesta: "Soy un pequeño autónomo, tengo que pagar mucho y no se vende nada. Estoy aquí para manifestarme contra los políticos en general, porque ahora mismo ellos viven bien y nosotros peor".
Fue la de ayer una protesta singular. Tras una pancarta con el lema Plantemos cara a la crisis, marcharon por Via Laietana, desde la sede de la patronal Fomento, unas 50.000 personas, según los sindicatos; 12.000, según Guardia Urbana, y unas 14.000, según los cálculos de este diario. Algunos habían perdido su empleo y otros lo temían. La parte delantera, en la que marchaban los cargos sindicales y los representantes políticos, habría parecido una procesión de no ser por la atronadora música del camión de cabecera. Los secretarios generales de CC OO y UGT de Cataluña, Joan Carles Gallego y Josep Maria Álvarez, respectivamente, destacaron que su objetivo era "dar un toque de atención" al Gobierno central y al catalán.
Y los políticos que forman parte de la Generalitat (PSC, Esquerra e Iniciativa) pudieron tomar nota de ello en primera línea, porque varios representantes (el republicano Joan Ridao, el ecosocialista Joan Herrera y el socialista José Zaragoza), también se manifestaron junto a los trabajadores. Zaragoza, secretario de organización del PSC, no apreció contradicción alguna en ello. "Hay que tomar más medidas contra la crisis. Nosotros estamos por el diálogo social para solucionar los problemas y no defendemos el abaratamiento del despido, como sí hace la CEOE y Artur Mas", replicó con acidez Zaragoza.
Pero ni Convergència se perdió ayer la mani obrera, donde estuvo representada por Montserrat Candini y Meritxell Borràs, entre otras. Faltó el presidente de CiU, Artur Mas, quien en una entrevista en La Vanguardia el 18 de febrero, lanzó esta opinión sobre el despido laboral: "No creo que estemos ante un problema de flexibilidad, sino de precio". No obstante, rechazó cambios legislativos bruscos por la crisis.
Iván Martos, que caminaba con el grupo del PSUC casi un kilómetro detrás de los convergentes, no daba crédito a que el partido nacionalista participara en la marcha: "Es muy curioso, yo hacía más a los políticos de izquierda con este tipo de causas. Me parece muy oportunista". "Yo no me he quedado sin trabajo, toco madera", dijo mientras se agarraba al mástil de una bandera republicana.
A su altura, la manifestación tomaba el mayor tono de protesta, con tambores, correfuegos, carteles críticos y gritos como "Empresarios, banqueros, sacad el dinero", por parte de un grupo de pensionistas. Agrupada por federaciones y a veces por empresas, la manifestación plasmó algunos de los conflictos laborales abiertos en Cataluña, como el de Seat o el del fabricante de componentes para coches Robert en la planta de Lliçà de Vall, que está en pleno expediente de regulación de empleo temporal.
Una vez llegados a la sede de la Delegación del Gobierno se leyó un manifiesto. Acto seguido, sonó La Internacional, pero la mayor parte de políticos, incluidos los de Convergència, ya se habían marchado. Luego, le llegó el turno a Els Segadors, pero el aparato falló y el himno catalán se paró en seco antes de finalizar.
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