Niños ultraprotegidos frente a la Red
Un informe oficial derriba el mito de los peligros de Internet para los menores
Los e-apocalípticos, esos expertos que consideran Internet un foco de todo tipo de amenazas y, en particular, para los jóvenes, han vuelto a pinchar en hueso. Los niños no sólo no son abandonados a su suerte cuando navegan por la Red, sino que están ultraprotegidos por sus padres y educadores, que controlan los tiempos de conexión y los contenidos a los que acceden y utilizan masivamente herramientas de seguridad. Éstas son las principales conclusiones del estudio del Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (Inteco), el primero oficial que se realiza en España sobre esta materia.
El informe revela que el 87,5% de los niños reciben advertencias y criterios sobre lo que deben hacer en Internet, que provienen principalmente del ámbito familiar (77,4%) y escolar (43,2%).
A los padres les preocupa el acoso sexual, pero el peligro son los virus
El 84% de los chicos se calla si tiene una incidencia de seguridad
Asimismo, casi dos terceras partes de los menores (61,3%) tienen el ordenador que utilizan en un lugar común del hogar, lo que, en teoría, facilita la labor de control por los padres sobre el uso del mismo, tanto en el tiempo de navegación como en el acceso a contenidos, según el informe de este organismo del Ministerio de Industria.
De hecho, el 64,1% de los padres ha establecido normas relativas a la duración de las conexiones de los hijos; otro 59,6% limita el horario de acceso a Internet (por ejemplo, no utilizarlo de noche o de madrugada), y un 5,6% prohíbe navegar en Internet si no hay un adulto en el hogar.
El estudio, realizado con el seguimiento de 625 familias con hijos de entre 10 y 16 años, revela que la instalación de alguna medida de seguridad es casi absoluta: sólo un 2% de los hogares con niños declaran no tener instalada ninguna. No obstante, la mayoría son antivirus, instalados en un 95,4% de los hogares con niños. El resto de medidas de seguridad no suele superar el 50%. Así, la segunda más empleada es la eliminación de archivos temporales y cookies, utilizada por un 41,2% de los padres encuestados; seguido de la limitación de acceso a contenidos (31,9%) y la vigilancia del historial de navegación (28,1%). Preocupa la bajísima utilización de programas de control parental (2,7%), aquellos que limitan automáticamente el acceso a ciertas webs. Además, sólo un 0,3% de los padres presentan denuncias ante las autoridades.
Respecto a los riesgos, hay una absoluta dicotomía entre las preocupaciones de los padres y las amenazas reales. Así, lo que causa más desasosiego a los progenitores son aquellas situaciones que tienen que ver con algún tipo de componente sexual. Sin embargo, las incidencias más comunes son los riesgos físicos al equipo. Los más frecuentes son los virus, el bloqueo del ordenador, pérdida de información, "descargas ilegales" y, sólo en quinto lugar, aparece la pornografía.
Por el contrario, el acoso sexual, los adultos que se hacen pasar por niños, las citas con extraños y el acoso escolar por la Red (ciberbullying) tienen todos ellos una incidencia menor del 5%. Llama la atención que el 84,5% de los niños que sufren una incidencia de seguridad se callan, no avisan a sus padres.
"La percepción de los peligros se construye a partir de la repercusión en los medios de comunicación de algunos fenómenos o de sus efectos para el menor, y no tanto a partir de la gravedad real de la situación", indica Enrique Martínez, director de Inteco.
Internet se ha convertido en la ocupación tecnológica favorita de los niños. El 75% de ellos la prefiere al móvil o a los videojuegos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.