La piedra filosofal del Barça se llama Iniesta
Técnicos y compañeros consideran al manchego decisivo por su inteligencia
Andrés Iniesta engancha al Barça como ningún otro futbolista. No importa si actúa de interior o se pega a la banda cuando le toca abrir el campo como extremo. Así que, a falta de que hable Pep Guardiola, la afición le espera desde el inicio para recibir al Olympique de Lyon (20.45, Canal +). "Me da igual", advierte; "mientras me ponga, jugaré donde le sea más útil al equipo".
Iniesta aporta desborde, juego de posición, llegada, control y repliegue. Y si no mete más goles -lleva dos- no es porque no lo tenga presente. "¡No tengo la culpa si me mueven los palos!", bromea después de que el sábado estrellase un remate en la madera de la portería del Athletic. Sonríe el de Fuentealbilla, Albacete, (1984) cuando reconoce que está pasando por "un buen momento". Futbolista menudo e inteligente, es consciente de que el Barça sólo necesita "jugar bien" para ganar al Lyon tras el 1-1 de la ida. "Si hacemos lo que debemos, no será fácil, pero llegarán las ocasiones y los goles", dice quien tiene el campo en la cabeza desde que llegó a La Masia a los 11 años.
Pese a su aspecto, se ha trabajado el cuerpo a conciencia, dicen los preparadores físicos
Entonces, como ahora, Iniesta encontró siempre espacios para llegar al gol desde cualquiera de las dos bandas y más o menos cerca del área. Nunca necesitó levantar la voz en el vestuario para ser importante, sino que le bastó y le sobra con coger la pelota. Guardiola reconoce que es una debilidad personal para él desde el día que atendió el consejo de su hermano Pere -"hoy se juega la final del Torneo Nike; vente a ver a un niño de Albacete", le dijo-. Según Pep, "Iniesta come aparte".
"Es un ejemplo para las generaciones del fútbol base", dice Guardiola. "Siempre digo que se miren en él porque no usa pendientes, no se tiñe el pelo, no lleva tatuajes... Pero todos saben que es el mejor", añade el entrenador, que destaca: "Juega donde le pongas y nunca se queja, ni cuando actúa 20 minutos. Y siempre se entrena bien". Y concluye: "Iniesta no tiene precio. Es muy bueno".
No dijo ayer si jugará, pero así lo esperan sus compañeros. "No me adelanto a Pep, pero supongo que lo hará", se arrancó Eto'o. "Sólo espero que tenga una participación de ésas a las que nos tiene acostumbrados", pidió el camerunés, el mismo que hace tres años, cuando el mundillo del fútbol debatía sobre si el Balón de Oro lo merecía Ronaldinho o Kaká, no tuvo dudas: "El mejor es Iniesta".
La reverencial muestra de respeto de Eto'o no es exclusiva del vestuario azulgrana. "La gente me pregunta por Ronaldinho y yo les hablo de Iniesta", afirmó Gudjohnsen al poco de llegar a Barcelona. Ahora disputa muchas veces el puesto de volante zurdo con él o incluso conviven en esa banda cuando el canterano juega en punta. "Iniesta es una suerte porque siempre que tiene la pelota ofrece algo mejor de lo que pasaba antes", conviene el oso Gudy, otro miembro destacado del club de fans del de Fuentealbilla, que debería presidir Víctor Valdés.
"No está bien que hable de Andrés, es mi mejor amigo", sostiene el portero. En las fotos amarillentas de los tiempos que pasaron juntos en La Masia, a Iniesta se le ve a menudo abrazado por un niño peludo que le sacaba medio cuerpo, el mismo Puyol que con el tiempo ha sido su capitán. Pero cuentan que quien puso los puntos sobre las íes para proteger a aquel niño enclenque cuando llegó a La Masia fue Valdés. Será por eso que Iniesta dice que, cuando en el campo mira atrás, se siente seguro. "Siempre me transmitieron esa sensación", advierte.
Pese a su aspecto indefenso, sostienen los preparadores físicos que Iniesta se ha trabajado el cuerpo a conciencia. Partiendo de la base de que, por increíble que parezca, "Andrés siempre jugó igual, cuando era niño y ahora", explica Albert Benaiges, coordinador del fútbol base azulgrana, aunque sin las horas que se pasó en el gimnasio "no podría competir ahora a este nivel de exigencia física". "Es más potente de lo que parece", convienen los preparadores físicos, que le señalan por rápido y advierten como una ventaja que tenga un punto de gravedad tan bajo.
"Seguramente no ganará un partido él solito, pero es una garantía para el grupo", se rinde Eto'o. "Nos permite tener más posesión de la pelota dentro del campo", añade el camerunés, consciente de que la presencia de Iniesta en el rectángulo de juego, como dice Xavi, "sólo aporta cosas buenas". "Lleva el juego del Barça en las venas. Entiende como nadie el fútbol porque lo siente", zanja Keita, que no deja de sorprenderse cada vez que le ve escoger la mejor opción. El vestuario coincide en que Iniesta es la piedra filosofal del Barça.
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