Una crisis de campeonato
Sin representantes en la Copa de la UEFA, la Liga se somete a examen en la 'Champions' - La clase media del fútbol español ha perdido pujanza tras su nexo con el ladrillo - El Valencia ni paga ni puntúa: cayó en Soria
La Copa de la UEFA suele ser el mejor termómetro para auscultar una Liga. Entre 2001 y 2007, España tuvo dos campeones (Valencia y el doblete del Sevilla) y dos finalistas (Alavés y Espanyol). Hoy, entre los 16 mejores del torneo no tiene ningún representante. En la Liga de Campeones, un club más selectivo, en la última década el Madrid ha conquistado dos títulos, el Barça uno y el Valencia ha sido dos veces finalista. Esta semana, de cuatro equipos españoles en liza, sólo el Barça tiene cierta ventaja para alcanzar los cuartos de final.
La Liga parece haber perdido pujanza. La clase media se ha debilitado. Clubes que no hace mucho copaban portadas europeas (Valencia, Deportivo, Espanyol, Betis, Mallorca, Zaragoza, Alavés, Celta...) viven tiempos de zozobra. La mayoría pena en Primera y unos cuantos en el barro de Segunda. Algunos están al borde del apocalipsis total, caso del caótico Valencia, sin pagas y sin puntos. Tan convulsa está la institución que el equipo se despeñó ayer y perdió ante el que era colista (2-1 en Soria frente al Numancia) y ya no tiene puesto ni en la Copa de la UEFA.
No es ajeno a ello el derroche incontrolado en los tiempos de bonanza televisiva, cuando, atraídos por el reclamo popular que supone el fútbol, se arrimaron a él unos cuantos recalificadores del ladrillo, ahora estrangulados por su propia burbuja. En la Liga Profesional -curiosamente, controlada por quien dejó en los huesos a la Real Sociedad, José Luis Astiazarán, y quien masajeó el ego de Dmitri Piterman, Javier Tebas-, nadie puso las cautelas necesarias. Tampoco el resto de autoridades, así que los clubes adeudan 626 millones a Hacienda. Llegó a darse el caso de que clubes salvados por el ancla de la ley concursal ficharan sin rubor y engordaran el mercadeo. En plena efervescencia monetaria, la Liga exportó oro e importó, a precios muchas veces desorbitados, extranjeros cuyo valor era pertenecer a una intrincada red de comisionistas que siempre tenían un guiño para aquellos directivos sin escrúpulos. A cambio, perdieron de vista a chicos como Cesc, Arteta, Reina o Xabi Alonso. O Fernando Torres, por el que el Liverpool pagó lo que han costado juntos Lass y Huntelaar. Ayer, el líder de la Liga y finalista de la Copa alineó a siete jugadores formados en su vivero. Su adversario en la final copera ha vuelto a la cima 24 años después con la caña perpetua en Lezama, Tajonar y Zubieta. Como esta pasada semana recordaba el capitán del Athletic, Etxeberria, quien se guíe por el modelo del club de Ibagane tendrá mucho ganado ante la crisis que azota a todos, grandes y pequeños. Ni siquiera el Madrid pudo echar el lazo no ya a Cristiano Ronaldo, sino a Villa y Cazorla. El mismo club que igual enriquece al Ajax y el Portsmouth en invierno como accede a un absurdo tránsito de ida y vuelta con un canterano como Parejo, tan perdido en Londres como en Valdebebas. El Madrid, con el efecto mimético que tiene, resulta que no tiene otro guión futurista que el anhelo de otra vuelta a la galaxia. Mientras tanto, el Liverpool, el Oporto, el Panathinaikos y el Lyon diagnosticarán el estado real de la Liga.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.