_
_
_
_
Tentaciones
Reportaje:TELEVISIÓN

Ponte en las manos del amigo Dexter

MICHAEL C. Hall escudriña a través del cristal de su copa. Intenta averiguar el porqué del intenso rojo de un tinto de La Manchuela, una de las denominaciones de origen más pujantes de Europa. Atiende a las explicaciones de un experto sumiller con el mismo gesto de concentración con que Dexter, el asesino que encarna en la ficción, atesora las gotas de sangre de sus víctimas que guarda como trofeo. Lleva tres días en Madrid y confiesa que le cuesta mantenerse sobrio. "¿Cómo lo hacéis para seguir este ritmo? Anoche estuvimos tomando tapas y hoy no es ni mediodía y ya me estoy emborrachando". Y añade con cara de no bromear: "Te aseguro que si alguna vez Dexter tiene que huir de la justicia, se instalará en España".

"Mi madre prefiere que liquide a tipos malos a que bese a tíos negros" (Michael C. Hall)

Poco extraña. Según aterrizó, acudió a un estreno masivo de la tercera temporada en la Gran Vía ("jamás pensé que aquí la serie tuviera fans tan entregados") y tras esta entrevista tiene previsto acudir al encuentro Real Madrid-Liverpool F. C. junto a su flamante nueva esposa, Jennifer Carpenter, su hermanastra en la ficción. "Sigo algunos deportes, sobre todo de la Liga Nacional de Fútbol Americano. Hasta jugué una temporada cuando estaba en el instituto. Y ahora soy la envidia de todos mis amigos, porque Jennifer comparte mi afición. Me dicen: 'Tío, ¿a tu mujer le gusta el fútbol? ¿Y cuando lo ve no actúa como si te estuviera haciendo un favor?", ríe.

Jennifer Carpenter, una aguerrida poli en la serie, lo refuta desde una suite del Palace. "También estamos enganchados a Damages. La última huelga de guionistas ha sentado bien a nuestras teleseries, se atreven con nuevas fórmulas; y en eso Dexter ha tenido mucho que ver". En la primera parada en su luna de miel, a Carpenter le reservaron asiento en un desfile de moda. "Ion… Ion…". ¿Fiz? "¡Sí! No tenía ni idea de quién era, pero me pareció muy guay". Antes de continuar a Barcelona, les espera la obligada visita al Museo del Prado, a la expo de Francis Bacon. "¿Sabías que la estética de El exorcismo de Emily Rose se inspiró en sus pinturas?". Carpenter ha sido Emily Rose (papel por el que, por cierto, ganó su primer premio, a la "actuación más terrorífica", en los MTV Awards) y también la réplica americana a Manuela Velasco en Quarantine, el remake de [REC]. Cualquiera diría que se siente atraída por el lado oscuro… "Lo cierto es que durante un tiempo, debido a mis aclamadas contorsiones demoniacas, mucha gente pensó que era incapaz de hacer otra cosa", bromea.

Hasta que apareció Dexter, el personaje creado por el escritor Jeff Lindsay, analista de sangre de la policía de Miami por el día, metódico asesino de asesinos por la noche, que acaba de confirmar su continuidad en parrilla hasta una quinta temporada. En esta tercera, el círculo se estrecha aún más en torno al protagonista, que juega a compartir sus andanzas con un cómplice y perfilarse como padre de familia.

A Michael C. Hall no le gusta revelar demasiados detalles para no romper la tensión, pero sí cuenta que para acceder a este rol tuvo que liquidar antes del imaginario popular a David Fisher, el director de funeraria gay de A dos metros bajo tierra. "La primera víctima de Dexter fue el propio David Fisher, un papel del que sabía que sería difícil huir", explica. "Pero Fisher ahora no es más que un borroso recuerdo, y todo el mundo me pregunta: '¿No te preocupa encasillarte como un psicópata?". Sobre todo su madre, ¿no? "Honestamente, creo que a mi madre le reconforta más la idea de que liquide a tipos malos que bese a tíos negros [se refiere a su novio en A dos metros..., interpretado por Matthew St. Patrick]. Aunque cueste creerlo, aquello era como un doble tabú en Estados Unidos. Mi abuelo alquiló un descodificador para ver A dos metros…, y en el capítulo en que Fisher al fin acepta ser gay, lo arrancó y lo tiró por la ventana. No es broma. Creo que sólo me di cuenta de que mi familia estaba horrorizada con el hecho de que interpretara a un gay cuando regresé a casa de mi madre tras la primera temporada de Dexter. Con A dos metros... su reacción fue más bien tibia: 'Oh, has conseguido un papel en una serie, nos alegramos por ti'. Pero cuando volví con Dexter fue como: '¡Es genial, nos encanta!'. Es irónico, pero en EE UU la gente está más dispuesta a abrazar a un psicópata asesino que a una persona que busca mantener una relación saludable con alguien de su mismo sexo".

Dexter rompe otro tabú, el de la sangre, aparentemente intocable en la era del sida. Algo que también hemos visto en True blood, la serie de vampiros concebida por su amigo Alan Ball. "No creo que se deba sólo a la paranoia por el VIH, sino al miedo a la mortalidad, al hecho de enfrentarnos a una realidad inevitable. Eso es algo particularmente presente en la cultura de Los Ángeles, donde la gente hace todo lo posible por preservar su juventud".

Mientras unos aplauden la endiablada dinámica de Dexter, otros denuncian su sadismo. Carpenter responde: "Somos conscientes de algunas críticas, pero esto es puro entretenimiento; y como tal lo entienden los fans. Si crees que Dexter te va a influir hasta el punto de quebrantar la ley o cometer algo inmoral, entonces probablemente no deberías salir de casa o ver la tele, porque cualquier noticiario resulta mucho más gore que esta serie".

Dexter se emite en Fox los lunes, a las 22.20.

Dexter Morgan (Michael C. Hall), ejerciendo su pasatiempo favorito.
Dexter Morgan (Michael C. Hall), ejerciendo su pasatiempo favorito.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_