"Todo lo que se mueve en América me interesa"
Lo primero que quiere mostrar Imma Turbau nada más llegar al restaurante es la decoración de la última sala del local, un lugar pequeño que semeja un ring de lucha libre al más puro estilo mexicano. "¿A que es magnífico?", exclama entusiasmada. Tuvo claro desde un principio que quería comer en este restaurante mexicano, en el centro de Madrid. No sólo porque le gusta su comida picante y las coronitas, también porque admira el éxito de un trabajador mexicano emprendedor que llegó hace años a Madrid sin nada y hoy regenta varios restaurancitos en Madrid. Le llaman El Grañas. "Me gusta este tipo de ejemplos, porque con ello se demuestra que todos acabamos siendo ciudadanos del mismo sitio", asegura la recién nombrada directora de la Casa de América, que sustituye en el cargo a Miguel Barroso.
La nueva directora de la Casa de América quiere trabajar sin paternalismos
Nacida en Girona, tiene 34 años, aunque aparenta bastantes menos, estudió Comunicación Audiovisual y es escritora y también la más joven de los responsables que ha tenido la Casa de América desde su creación en 1992. Habla sin parar y sorprende la claridad y firmeza con la que defiende las cosas. Su fascinación por lo diferente, por lo lejano, le viene de siempre. De niña, en las playas de la Costa Brava, sus amigos eran franceses, ingleses, italianos. También de las lecturas, de la excitación por los viajes, de la búsqueda de aventura. "Lo mío es la curiosidad. Nunca me he cortado a la hora de probar cosas". Parece verdad. Directora de comunicación y de gestión cultural en la Fnac de Barcelona y Portugal, país donde vivió cuatro años, dirigió un corto con 21 años -"el peor de la historia, ahí entendí que no podía ser directora de cine, que era mi pasión secreta"-, y los últimos tres años ha estado al frente del Ateneo de la Casa de América. Ha escrito una novela, El juego del ahorcado, sobre la que se basó la película del mismo título de Manuel Gómez Pereira, y prepara otras. "Escribo todos los días, aunque sea un párrafo. Reescribo mucho porque no me brotan las cosas fácil", asegura esta mujer exigente y disciplinada, que se levanta siempre temprano.
No se ha quitado el abrigo negro de punto que lleva, quizá para no perder un minuto. Mucho han cambiado las cosas desde que se creara la Casa de América, en medio de los fastos del aniversario del Descubrimiento. Tanto que, como señala la propia Turbau, entonces había en España 50.000 latinoamericanos, diplomáticos en su mayoría, y hoy se cuentan cerca de dos millones y medio. "Ahora lo importante es estar abierto a todas las manifestaciones culturales y servir de foco de divulgación de lo que está pasando en Latinoamérica, muy ceñidos a la actualidad. La idea es que todo lo que se mueve nos interesa, aunque salga fuera de la foto. Todo sin ningún paternalismo, en una relación absolutamente horizontal, lejos de revisiones históricas y de celebraciones. El enfoque que tiene ahora la Casa de América es mirar siempre hacia el futuro".
Lleva apenas una semana y ya parece que tiene bien cogidos los mandos de esta nave. "Va a ser un viaje muy divertido no sólo para mí, sino que espero que para muchos". Ha comido despacio y no se ha terminado ningún plato. Rechaza el postre, pero a lo que no renuncia es a un potente café a la olla, servido en un estilizado tubo de ensayo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.