El socialismo gallego busca líder
Touriño explica la derrota por la crisis y la imagen de desunión del bipartito - La ejecutiva federal nombrará hoy una gestora para hacerse cargo del partido
El presidente en funciones de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, presentó ayer su dimisión irrevocable como secretario general del Partido dos Socialistas de Galicia (PSdeG). Lo hizo ante la comisión ejecutiva elegida hace siete meses y que hoy mismo será sustituida por una gestora nombrada por la dirección del PSOE bajo la supervisión del vicesecretario general, José Blanco.
La reunión de la ejecutiva socialista duró apenas tres cuartos de hora. Tiempo suficiente para que Touriño comunicase su decisión y para que los principales dirigentes del partido coincidiesen en su análisis de lo ocurrido, apoyasen su decisión de asumir la responsabilidad de la derrota y le transmitiesen su reconocimiento personal. InmediatAmente después, el ya ex secretario general, flanqueado por sus más inmediatos colaboradores en el PSdeG (Ricardo Varela y Mar Barcón) traladadó su renuncia a los periodistas.
"Como secretario general y hasta ahora presidente en funciones de la Xunta quiero asumir plenamente, de manera personal e intrasferible, el resultado electoral. Confío totalmente en los militantes, en la dirección y en la capacidad de este partido" para la apertura de "una nueva etapa para el partido socialista".
Touriño, no obstante, reivindicó el éxito del PSdeG desde que asumió su dirección, hace casi 12 años. "Un partido que hace apenas diez años tenía 13 diputados y que en este momento estará en 24 o 25", subrayó en referencia a la posibilidad de conseguir un escaño más por Ourense cuando se lleve a cabo el recuento del voto de la emigración. Un partido, añadió, que todavía "tiene la responsabilidad de gobernar una gran parte de las ciudades y de los municipios de este país"."Esta etapa política", prosiguió el presidente en funciones, "concluye en lo que a mí respecta. Desde ya, paso a ser un militante entusiasta, animoso y combativo, pero militante de a pie".
En su intervención ante los periodistas, Touriño expuso lo que considera las causas de su derrota. "Estoy seguro de que la tripleta con la que jugó el PP" dio lugar a "un cóctel perfectamente preparado" que "tiene que ver con la situación de crisis y de paro" y "con esa acusación demagógica, irresponsable e inaceptable de despilfarro". Una acusación, que, no obstante, "causó un daño", reconoció. "Soy consciente de que no tuve la capacidad de percibir que podría estar causando daño", pero "evidentemente lo hizo". Ha sido, subrayó, "la campaña más sucia de la historia de la democracia". "Pero asumo la responsabilidad de no haber sido capaz de responder en condiciones".
El tercer ingrediente de ese cóctel, según Touriño, tiene que ver con "la división del Gobierno, la imagen de bigobernación en momentos muy complicados que reclamaban estabilidad y confianza. Sin duda, en estos últimos tiempos no fuimos capaces de transmitir esa sensación de Gobierno estable y confiable". Aunque no se ha producido "ningún descalabro", insistió, "el resultado no tiene paliativos".
Touriño se mostró tranquilo y sonriente y, en opinión de algún dirigente del partido, mucho más parecido al político cercano que tomó las riendas del partido en 1998 que al líder distante que ha vivido casi cuatro años en la residencia oficial de Monte Pío. El ya ex secretario general del PSdeG, que reserva su última intervención para el debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo (su intención en renunciar después al escaño), no quiso ayer reconocer que se equivocó no adelantando las elecciones al mes de octubre. "Entendí que tenía un contrato de confianza con los ciudadanos y no lo iba a defraudar en ningún caso. La crisis necesitaba un presidente y un Gobierno que respondieran y no meternos en un proceso electoral que dejara el país sin presupuestos y sin respuesta".
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