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Crítica:ÓPERA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Comedia melancólica

Un reparto más que digno, una orquesta en buena forma y una producción tradicional pero no casposa. La economía de medios no se tradujo en olor a naftalina, y los colores, junto al diseño de la escenografía, proporcionaron un marco plástico grato. Los cantantes, jóvenes, tenían experiencia en el repertorio mozartiano. Tomás Netopil intentó (y consiguió casi siempre) el ajuste métrico, dinámico y expresivo entre foso y escena. Ciertamente, esta producción del Glyndebourne Festival Opera es modesta y no plantea un enfoque renovador. Entre las voces tampoco ninguna seducía hasta el final. Pero, con todo, se reunieron los medios para que Mozart brillara con luz propia en una de sus mejores óperas.

Così fan tutte

De Mozart. Solistas vocales: Barbara Frittoli, Nino Surguladze, Joan Martín-Royo, Joel Prieto, Isabel Bayrakdarian, Natale de Carolis. Orquesta de la Comunidad Valenciana. Coro de la Generalitat Valenciana. Director musical: Tomás Netopil. Director de escena: Nicholas Hytner. Palau de les Arts. Valencia, 28 de febrero de 2009.

Como casi todas las buenas comedias, Così fan tutte posee una considerable entretela crítica. Hay una mirada profundamente melancólica sobre esas dos nuevas parejas que podrían ser y no fueron, o sobre el retorno a compromisos añejos sólo porque la palabra está dada. Sin embargo, la fidelidad aparece también como algo positivo. Y la tolerancia. Lo cómico se mezcla con lo trágico, y los valores que se cuestionan, a la vez se reivindican. Los intérpretes afrontan, pues, situaciones complicadas. Servidas, además, con una música excelsa por sí misma y generadora de esa complejidad, de esa ambivalencia que los cantantes han de traducir.

Barbara Frittoli, con un personaje -Fiordiligi- que ronda la frontera de la ópera seria, cumplió bien incluso en las dificilísimas Come scoglio y Per pietà, ben mio, perdona. Joel Prieto (Ferrando), de voz clara y muy luminosa, tuvo problemas de afinación en la zona aguda. Joan Martín-Royo (Guglielmo), por el contrario, lució una afinación impecable, aunque su instrumento tuviera menos squillo. La Dorabella de Nino Surguladze, con una voz bien timbrada, hizo junto a él un encantador dúo en Il core vi dono. En Isabel Bayrakdarian, arrolladora Despina, sólo molestó la estridencia de algún agudo. Natale De Carolis (Don Alfonso) lució en los recitativos. En definitiva: un elenco de tipo medio-alto que, tratándose de Mozart, casi significa un sobresaliente.

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