El fiscal resalta que el acusado de matar a Svetlana actuó con alevosía

"Soy inocente de todo lo que se me está acusando". Con esta frase del procesado por la muerte de Svetlana Orlova concluyó ayer el juicio contra Ricardo Navarro en la Audiencia de Alicante. Sus palabras provocaron la reacción moderada aunque muy afectada de la madre de la víctima: "Ricardo, asesino", espetó la mujer.

El fiscal modificó su calificación inicial y elevó la petición de condena de 16 a 20 años. El acusador público calificó los hechos como asesinato y no homicidio, como apreció inicialmente. De las pruebas se desprende que hubo "alevosía sorpresiva", enfatizó el coordinador de la Fiscalía de Malos Tratos de Alicante, Ángel Alcaraz. Para el fiscal, la víctima sufrió "un suplicio, no solamente de maltrato sino de amenazas hasta alcanzar el acto más execrable como fue provocarle la muerte". Los tres abogados de la acusación particular señalaron que las pruebas practicadas han desvirtuado el principio de presunción de inocencia de Ricardo Navarro.

El fiscal cuestionó, por otra parte, la verosimilitud del único testigo que la defensa aportó como coartada. Este hombre declaró que estuvo con el acusado, en casa de los padres de este último, 15 minutos después de cometerse la mortal agresión. Extremo "materialmente imposible" a juicio del ministerio fiscal. Para el representante de la acusación pública, las distintas versiones que vertió este testigo a propósito de la hora a la que llegó al domicilio del acusado, y sus posteriores contradicciones descartan la validez de esta prueba. Contrapuso, por otra parte, "la contundencia y verosimilitud del resto de testigos" que sí sitúan al acusado en la escena del crimen.

Por otra parte, el fiscal rechazó de plano el principal argumento de la defensa. Este letrado sostiene que se incumplió el protocolo policial en la recogida de pruebas (existen muestras de sangre de la víctima recogidas en la vivienda de los padres de Ricardo) por lo que, a su entender, "las hace ineficaces". Para el abogado de la defensa, "no quedan acreditados" los malos tratos infligidos a Svetlana por parte de Ricardo. Además de la debilidad, según él, de las pruebas contra su defendido, el abogado antepuso la falta del arma homicida, un cuchillo que nunca se localizó. El abogado de Ricardo Navarro concluyó: "No existe un autor conocido". Y se ratificó en su petición de absolución.