¿Y Trillo habla de dimisiones?
Mariano Bermejo ha dimitido de su cargo de ministro de Justicia. Independientemente de las razones expuestas por el ex ministro, es una prueba de madurez de un Estado de derecho democrático: hice algo mal, luego me voy.
Pero para nosotros, las familias de víctimas del Yak-42, la puesta en escena de Federico Trillo ha sido indignante e insultante. ¿Quién es él para pedir una dimisión? ¿Quién es él para pedir explicaciones al que dimite? Ya hace tiempo que no entendemos por qué el Partido Popular le nombró portavoz de Justicia... A él, precisamente a él, el único diputado reprobado por el Congreso. Él sí que debió dimitir hace años, casi seis, tras el accidente del Yak-42. Llamado a declarar por el asunto en la Audiencia Nacional decidió acogerse a su condición de aforado para no pisar la Audiencia. En su declaración escrita culpó al Estado Mayor de la Defensa de lo ocurrido y nunca se hizo responsable ni de haber mandado a nuestros militares en aviones basura y mucho menos de no enviar a un solo forense para identificar a nuestros 62 muertos que dieron su vida por la patria.
Ojalá algún día también veamos en los periódicos los titulares de "Trillo dimite" o tal vez "Trillo llamado a declarar". Su sombra siempre será la de un avión del que nunca se hizo responsable. Si quiere Trillo hablar de responsabilidades, que empiece hablando de las suyas en el caso del Yak. Nosotros, las familias, conseguimos averiguar que para llegar a contratar el Yak-42 se subcontrató ¡hasta siete veces!, que nuestros militares viajaban sin seguro y lo que es inaudito: tardamos 613 días en averiguar que las 62 medallas que puso el Rey en Torrejón eran 62 mentiras avaladas por el señor Trillo. Queremos dejar bien claro que toda la verdad del Yak-42, ha sido descubierta por las familias. Trillo mintió públicamente tantas veces hasta que no le quedó más remedio que enfrentarse a unas pruebas de ADN recogidas del Instituto Anatómico Forense de Turquía, estas últimas conseguidas de forma privada por sus familiares. Por todo esto, y con la claridad del que dice la verdad, queremos expresar nuestra más absoluta indignación hacia un partido que permite a uno de sus miembros ser portavoz nada menos que de Justicia y peor aún, hacer teatro pidiendo explicaciones nada menos que ¡de una dimisión! Qué pena que tengamos que ver a ese individuo pidiendo explicaciones de lo que él nunca se atrevió ni se atrevería a hacer: dimitir.
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