Yolanda Díaz, la niña del PCE
Por segunda vez, Yolanda Díaz Pérez (Fene, 1971) será la única mujer que aspira a la presidencia de la Xunta, aunque con pocas opciones de alcanzar el hemiciclo gallego. Aspira a ser "la voz crítica de una izquierda alternativa" y reclama insistentemente que se modifique la ley electoral que aleja a las minorías del Parlamento. Carga las tintas contra el bipartito en economía, política social y medioambiente. "Aprobaron normas que ni Fraga se hubiera atrevido a proclamar" asegura Díaz, "barbaridades como el Plan Acuícola". Arremete contra el BNG por reproducir "lo peor del modelo folclórico del señor Fraga" y receta un "cambio de estrategia" a un PP "desastroso".
Es la menor de tres hermanos y la única chica. Se jacta de ser la primera niña que nació en San Valentín (Fene), una cooperativa obrera construida a la sombra de Astano, que en las postrimerías del franquismo fue un hervidero de solidaridad y panfletos revolucionarios. "Éramos los niños del partido", recuerda sonriente, "tenía cuatro años cuando Santiago Carrillo -entonces líder del PCE- me besó la mano".
"Tenía cuatro años cuando Santiago Carrillo me besó la mano"
Cuenta que se educó "con un mecano", se crió en una casa "llena de gente" por la que desfilaban políticos y artistas, y creció detrás de una pancarta arrastrada por la militancia comunista de sus padres. "Sentía que mi familia era distinta", recuerda, "siempre me dijeron que siendo mujer tendría que esforzarme el doble para ser libre".
Abogada de 37 años, lleva más de una década de escalada política y arrastra una abultada cartera de cargos y responsabilidades institucionales. Es líder y portavoz de IU en Ferrol, coordinadora de la formación en Galicia y, desde diciembre, ocupa la Secretaría de Políticas Sociales en la nueva directiva de Cayo Lara.
Opina que ser mujer en política supone una presión añadida, y no oculta que desde Madrid le llegan ofertas tentadoras que condiciona a "muchas dudas" y a una "deuda pendiente" para compaginar lo personal y lo político. "No tengo ambición política", asegura, "siempre hay que convencerme para todo".
Se casó hace seis años, de rojo y casi a escondidas, y presume de estar "profundamente enamorada" de Andrés, su pareja. Tocó el poder tras las municipales de 2007, aliándose con el PSOE de Vicente Irisarri para un gobierno de coalición que promocionaron como "ejemplar", pero que acabó en 16 meses como el rosario de la aurora. Culpa exclusivamente al regidor, al que lanza un mensaje envenenado: "Técnicos en política, no gracias". Sin embargo, se presta a reeditar el pacto.
"No nos fuimos, nos echaron", dice con amargura, "ahora -con el PSOE en minoría- cada pleno es un circo". Pasa de puntillas por la reciente dimisión de uno de los cuatro ediles de IU en la ciudad, que acusó a la formación de prácticas antidemocráticas, y lamenta haber participado en la "batalla de los sueldos" aprobando un cuantioso incremento salarial en la antesala de la crisis.
Subirse el sueldo le costó una monumental bronca de su padre, Suso Díaz, ex secretario de CC OO en Galicia. "Se cabreó un huevo", admite. Yolanda es también la sobrina del nacionalista Pepe Díaz -hermano gemelo de su padre- pero dice que en familia todo se conjuga bien.
Amante de la música, hogareña y apasionada de Andalucía, dice que su vida es más bien aburrida. "No hago surf, ni nada de eso", ironiza Díaz, en alusión a la afición de Irisarri a este deporte. Promete "cohesión social y territorial" para el país y expresa su deseo de que Galicia esté preparada "para una presidenta".
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