La carambola del voto emigrante
Un resultado ajustado podría cambiar con el recuento del sufragio exterior - La supuesta imposición del gallego marca la recta final de la campaña
Quedan sólo cuatro días de campaña, y los nervios ya empiezan a desatarse en los equipos de los partidos. Las encuestas del fin de semana no han aclarado nada. El resultado sigue abierto y la igualdad en algunas provincias es tan estrecha que algunos estrategas, especialmente en el PP, comienzan a plantearse una posibilidad de consecuencias incalculables. ¿Y si el voto de los gallegos residentes en el exterior da la vuelta al resultado? Sólo ha ocurrido una vez, en 1997, cuando el BNG perdió un escaño en favor del PP en A Coruña después del recuento. Podría llegar a suceder en Pontevedra, donde el PP confía en recuperar el diputado que perdió en 2005 por 8.700 votos.
El voto emigrante gallego representa el 12% del electorado, unas 300.000 personas, 100.000 de ellas en Argentina, aunque su participación suele ser limitada, alrededor del 25%. El PSdeG arrasa ahora en estos gallegos en el extranjero -que siempre se decantan por el que gobierna, que controla embajadas, pensiones, subvenciones a clínicas y casas gallegas-, por lo que una pequeña diferencia a favor del PP podría ser recuperada con los emigrantes pontevedreses. Los populares ya han preparado su estrategia por si eso sucediera. Hablarían de "pucherazo" y pondrían en cuestión todo el resultado electoral. El PP montaría, aseguran, una presión de tal calibre que habría que repetir las elecciones.
Los gallegos en el extranjero representan el 12% del electorado
De hecho, los populares, que en sus años de Gobierno nunca quisieron tocar el voto emigrante, porque les favorecía, llevan meses presionando para limitarlo. No han logrado el voto en urna, que era su objetivo, pero sí que sea obligatorio aportar una fotocopia del carné de identidad o del pasaporte. Sólo eso ya limitará mucho el voto, porque hay miles de gallegos que no tienen el pasaporte, que no lo renuevan, o que dejan de votar ante cualquier dificultad burocrática añadida.
Aun así, como en 1997, este voto podría no perjudicar, sino favorecer al PP. En Ourense, los populares pelean por no perder un escaño. Y quien tiene más papeletas para quitárselo es el BNG. Y si se lo arrebata por poco, el PP podrá confiar en los emigrantes, ya que el BNG, desconocido fuera de Galicia, en ese voto no consigue nunca más del 10%.
La campaña se animó ayer en su recta final con un argumento que levanta pasiones: el gallego. El hasta ahora cauteloso Emilio Pérez Touriño introdujo el asunto el domingo. Preocupado porque las encuestas detectan que a muchos socialistas no les gusta la manera en que el BNG ha condicionado el Gobierno bipartito, pidió más apoyo y aseguró, a pesar de que la consejera de Educación es socialista, que no va a aceptar "imposiciones lingüísticas".
Anxo Quintana, fiel al pacto de no agresión entre el BNG y el PSdeG, lanzó una pulla sutil. "En esta campaña hay dos equivocaciones que no voy a cometer: no me voy a equivocar de adversario y no voy a dedicarme nunca a ser altavoz de los argumentos del PP". Mientras, el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, se tiró al cuello de Touriño: "No tiene credibilidad. Ahora critica las imposiciones lingüísticas del BNG, que negó sistemáticamente durante los últimos cuatro años. No tiene criterio".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.