No es diferente esta vez
La estrategia de los fondos de inversión libre especializada en mercados emergentes cosechó uno de los peores resultados medios de 2008: pérdidas del 30,41% según el índice Hedge Crédit Suisse / Tremont. Lo que hace un año parecía la última frontera de la inversión, alabada por su recién adquirida fortaleza que le permitiría desacoplarse de las economías occidentales, terminó una vez más convertido en un sector sometido a las reglas de la economía global y entrando en una recesión económica y con unos mercados financieros sujetos a los mismos rigores que los demás: la caída del precio de los activos.
La expectativa de que los mercados emergentes iban a independizar su evolución de la del resto de las economías adolecía de un doble espejismo consistente en ignorar, por un lado, la evidencia de que la Bolsa china ya había caído el año pasado por estas fechas más de un 25% (algo que entonces apenas merecía comentario alguno) y confiar, por otro, en que la economía global se comportara como tal sólo en las fases de expansión e insistir en que "esta vez es diferente".
El atractivo inversor de las Bolsas asiáticas tardará en volver ante la fuerte caída de sus exportaciones
Pues bien, esta vez tampoco ha sido diferente. Un año después de que las Bolsas sufrieran la primera gran sacudida de este ciclo bajista, la huida de los mercados emergentes es un hecho constatado: si entre 1998 y 2006 los inversores extranjeros habían canalizado hacia las Bolsas asiáticas (salvo Japón) capitales por valor de 160.000 millones de dólares, en 2008 han retirado el 40% de esa cantidad (64.000 millones, según Hong-Kong and Shanghai Banking Corporation). Todo ello en un año en el que el índice MSCI de las Bolsas asiáticas caía un 53%, tras cinco años con una rentabilidad media anual compuesta del 22%.
Esta retirada de los mercados asiáticos parece que va a mantenerse este año, a pesar del abaratamiento de sus Bolsas y de que la renta fija emitida por empresas o Gobiernos asiáticos esté proporcionando rentabilidades muy elevadas. El problema que subyace a esta aversión es la fuerte caída que han experimentado sus exportaciones, algo que ya se ha reflejado en la reducción súbita a 40.000 dólares del déficit comercial estadounidense en noviembre pasado, tras llevar años estancada en una cifra mensual promedio de 60.000 millones. Eso también da una idea del frenazo en seco de la economía de Estados Unidos.
El atractivo de los mercados emergentes, para los hedge funds y para los fondos de inversión convencionales, tardará en recuperarse, pues en un mercado que durante los últimos 13 meses ha estado sometido a diferentes brotes de pánico, la ventaja de la liquidez (poder desprenderse de los activos con facilidad) que tienen los mercados más desarrollados se ha impuesto como valor supremo. En esto tampoco ha sido diferente esta vez. -
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