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La campaña Elecciones 1-M

Feijóo promete una rebaja de los impuestos como la de Aznar

Día cuatro, Feijóo en territorio comanche. La postal nacionalista de Allariz no es el mejor escenario para el PP. Desde que perdió el poder, hace 20 años, la villa la gobierna el Bloque (nueve concejales, por tres de los populares y uno socialista). Y a primera vista del forastero, con poco que criticar. Los propios teloneros populares dieron tratamiento al acto de encuentro clandestino. El barón José Luis Baltar comparó a la militancia alaricana con la gente amenazada del País Vasco.

En ese contexto irrumpió Feijóo con sus promesas de rebajas fiscales. El líder del PP, que el sábado en Pontevedra se comprometió a gobernar sin siglas, abrazó una receta típica de su partido: siempre se pueden bajar más los impuestos. Prometió suprimir el de sucesiones y donaciones y limar también el de transmisiones patrimoniales y el que grava los actos jurídicos documentados para fomentar la venta de 60.000 viviendas vacías. Su discurso anticipa más medidas en la misma dirección y un modelo económico: el que puso en marcha José María Aznar, al que el líder elogió sin nombrarlo. "Lo hicimos en 1996 y se puede hacer ahora. Bajar los impuestos para recaudar más. Sigue habiendo impuestos que se pueden bajar", reclamó.

Lanzada la propuesta en la "cuna del nacionalismo" donde no estaba convocada la prensa, sus pullas al bipartito subieron de tono. "Plomizo de Santiago y señorito de Allariz", aludió a Touriño y Quintana, y decidió abordar asuntos que evita en los mítines principales: "Quieren hablar de espías y de piratas para que no se hable de Galicia", denunció.

La jornada ya había amanecido mal para el líder del PP, con una reprimenda pública del presidente fundador que le afeó la elección del candidato en Ourense. Fraga se colocó de parte de Baltar en el caso Carrera y pidió escuchar a los veteranos. Feijóo zanjó ya de mañana el asunto con el propósito de "tener en cuenta" las recomendaciones de su antecesor. Baltar tampoco hizo causa con el tema y ejerció de Baltar. Llamó "vendidos, sectarios, jíbaros, caciques" y hasta mal vestidos a los nacionalistas. "No toquéis la papeleta, no la tachéis, no miréis quien no está, ni si os gusta más o menos el candidato, votad", recomendó. Hizo una disertación sobre el caciquismo y la persecución a la que se somete a los votantes del PP en Allariz. Pidió "parar los pies al bipartito para que no se envalentone y acabe colgando a los alcaldes populares". Ya al principio, Baltar había advertido que tras el discurso de ideas, a él le tocaba amenizar el acto.

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