MAFO saca la vara en Zaragoza

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), alborotó el jueves el patio, ya de por si revuelto, al proponer cambios en el mercado laboral que lleven consigo el abaratamiento del despido. No sorprende el gobernador porque es conocida su obsesión por profundizar y completar reformas estructurales como las del mercado laboral, el alquiler, los transportes y la educación. Lo que sí sorprende es que escogiera una comparecencia en unas jornadas sobre cajas de ahorros organizadas en Zaragoza y de las que apenas hizo alguna referencia en el discurso de 13 páginas que llevaba preparado y también que lo hiciera justamente cuando las patronales han comenzado a plantear el abaratamiento del despido.

La Federación de Cajas había retrasado las jornadas, que celebra cada dos años y que cumplían su cuarta edición, precisamente por exigencias de la siempre repleta agenda del gobernador. Se esperaba que diera alguna pista sobre el futuro de las cajas de ahorros, metidas en continuas olas de rumores de fusiones y de posibles intervenciones por parte de la autoridad reguladora. El gobernador lo hizo en el debate posterior y no fue a humo de pajas, aunque lo que dijo sobre ellas quedó empequeñecido por el jaleo armado con la reforma laboral.

Aunque no se hablara de cajas, los organizadores del evento quedaron exultantes. Ante la presencia del presidente de Aragón, el socialista Marcelino Iglesias, su consejero de Economía, Alberto Larraz, y con el paraninfo de la Universidad de Zaragoza repleto de expectación, MAFO abrió un fuego que inmediatamente provocó un incendio en Madrid.

Lo que planteó el gobernador más o menos se conoce: calificó de ineficiente el actual sistema de indemnizaciones por despido (45 días por año trabajado con un máximo de 42 mensualidades) que soporta una misma empresa y en una sola paga, enmarcó la reforma en la necesidad de lograr competitividad y productividad de la economía española y la comparó con la reforma comercial que acabó con el proteccionismo del franquismo.

No obstante, precisó: "Se habrán dado cuenta ustedes que mi planteamiento respecto a cómo abordar el debate de una reforma laboral está totalmente alejado de los que lo reducen a si se debe o no abaratar el despido". En ese sentido, reconoció que es un error plantear el debate exclusivamente en el abaratamiento del despido, y que sólo se podrá avanzar si se centra en encontrar las fórmulas que permitan aumentar la productividad, reducir las cifras de desempleo y mejorar los salarios.

¿Consideró el gobernador si era ése el momento más oportuno? Algunos observadores especularon con la posibilidad de que respondiera a un globo sonda para medir la temperatura social. Otros, que responde a las supuestas tensiones que mantiene con La Moncloa.

La respuesta, en cualquier caso, fue inmediata. El presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, abanderó la reacción calificando la propuesta de "neoconservadora"; el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, fue contundente y mandó al gobernador a sus asuntos financieros; los sindicatos hicieron más o menos lo mismo recordando que "las posiciones ultraliberales" de Fernández Ordóñez se conocen desde sus anteriores cargos en los Gobiernos de Felipe González; la derecha aprovechó para llamarle "incapaz de anticipar la crisis", y desde Economía, el secretario de Estado de Economía, David Vegara, ex compañero de departamento de MAFO, le metió las cabras en el corral con más elegancia: "El objetivo del Gobierno no es abaratar el despido y, en cualquier caso, es un tema que debe negociarse en la mesa de diálogo social".

Pero eso no quita para que la máxima autoridad de una institución del prestigio del Banco de España, a la que se tiene mucho en cuenta en sus predicciones y análisis sobre economía, pueda expresar su opinión. Y considerarlas.

Mientras, el presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, aplaudía con la orejas tras encontrarse con un aliado que le ha dado impulso para elevar la voz de sus proclamas. Seguro que llevará a las negociaciones con los sindicatos muchos de los contenidos del discurso pronunciado en Zaragoza.