El Día de los Enamorados

La víspera de San Valentín, los partidos comenzaron sus danzas rituales de apareamiento para que el cortejo al electorado dé sus frutos dentro de 15 días. A tenor de lo visto y oído en las primeras horas, no lo tienen fácil. La que todavía llamamos pegada compitió en TVG con 23-F: el día más difícil del Rey en la 1, Mentes Criminales en Tele5 y Prison Break en La Sexta. La ventaja de la hora 00.00 la tuvo Feijóo, que pudo emitir en directo su sorpresa (un tifo como los del fútbol, con la valla de fondo compuesta por varios carteles) y ofrecer a la audiencia el comienzo del discurso: "Quiero ser presidente de la Galicia existente, no sólo del PP". "En estos años de oposición aprendí a escuchar a la calle". Obama puro, que contrastaba con la pobreza de la realización y la imagen del público, no muy abundante, en el que destacaban las señoras que se defendían del relente con bufandas burberrys.

"Se dice que Garzón brindó por cuatro años más de Touriño", afirmó Jiménez Losantos

A Touriño la retransmisión lo pilló a media intervención y ofreció la imagen contraria. La puesta en escena high tech (el cuadrilátero que ya tan bien usó hace cuatro años) y una realización de altos vuelos para un discurso en el que ya estaba dando leña: "Hay que ser triste y cenizo para querer ganar las elecciones sin que la gente vote". A Quintana le tocó ya cuando finalizaba, y a falta de la pizarra electrónica en la que escribió el eslogan, sólo se pudo apreciar su presencia de macho alfa, la reivindicación de un Estatuto de Nación, la llamada a luchar contra la abstención y un tremolar de banderas del público más numeroso de los tres. No hubo más, salvo la continuación de Arma letal. En consonancia con la oferta televisiva de la noche, en la tertulia que organizó TVE-G, el periodista Xavier Navaza de El Correo Gallego calificó la campaña de "demoníaca" por la necesidad del PSdeG de crecer, pero no a costa de hundir al BNG y a la vez el proyecto conjunto, y se supone que viceversa.

Decía que no lo tienen fácil porque en Madrid no ayudan. Federico Jiménez Losantos, que siempre es una garantía para agitar el cotarro, trasladó La mañana de la Cope a Canarias, y desde allí se dedicó a mandar misiles intercontinentales al ministro Bermejo y al juez Baltasar Garzó. "Se dice que Garzón brindó en la cacería por 20 años del PSOE en el Gobierno, lo que, peor que cierto, es verosímil. Y por cuatro años más de Touriño en Galicia, porque esto se produce antes de dos procesos electorales", fue su única mención a lo de aquí, antes de dar paso a las ventajas de la cuenta naranja de ING. Tampoco en las televisiones madrileñas hubo mucha más cancha antes de explayarse en el tema de la trama.

En Los desayunos de TVE el ex director adjunto de ABC, Eduardo San Martín analizaba la encuesta del CIS: "El electorado gallego es muy estable", decía, a la vez que mencionaba "la poca gracia" que le hacía que Touriño hable de que va a ganar las elecciones,""porque el PSOE nunca las ha ganado en Galicia, otra cosa es que gobierne en coalición", una coalición que "genera mucha insatisfacción en el electorado". Javier Valenzuela, de EL PAÍS, matizaba que "tradicionalmente, el voto de izquierda es más volátil". Lucía Méndez, de El Mundo, devolvía la pelota al campo que importa: las elecciones son trascendentales para Rajoy.

En La mirada crítica de Tele5, también hacían una pausa en el análisis de la trama corrupta para tratar lo nuestro. "Uno o dos diputados menos no es una gran pérdida para Rajoy", aseguraba el gallego Luis Mariñas. Independientemente de los resultados, Fernando Jáuregui consideraba que "no puede gobernar una coalición contra natura como ahora, que se están peleando todo el día". "Pues el electorado gallego prefiere que se reedite", le replicaba Carmen del Riego, de La Vanguardia. "Me es igual. Yo soy comentarista y digo que ese Gobierno no ha funcionado", sentenciaba Jáuregui. Gracias, Fernando, por defender el prestigio del oficio.