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La Escuela de La Haya lleva sus mejores obras a Vigo y A Coruña

Caixanova trae a Galicia una muestra del Rijksmuseum

El Rijksmuseum de Amsterdam es un coloso en obras desde hace una década, circunstancia que aprovechan sus responsables para sacar de paseo muchas de sus obras emblemáticas, que recalan en instituciones tan prestigiosas como el Prado o la National Gallery de Londres. Las que representan a la denominada Escuela de La Haya, movimiento pictórico de la segunda mitad del siglo XIX holandés, están ya a la vista del público gallego en el Centro Social Caixanova de Vigo.

Entre abril y junio visitarán A Coruña antes de regresar a la que es su casa desde hace un par de siglos. Tras arduas negociaciones y la mediación del artista Gerardo Porto, quien puso en contacto a las dos entidades, Caixanova se alzó con la exclusiva en España de la muestra, "posiblemente, la más importante de cuantas ha organizado la caja en su historia", manifestó el director general de Caixanova, José Luis Pego.

La exposición cuenta con 58 óleos y 16 acuarelas del movimiento holandés

Con la premisa de "enseñar al mundo nuestros tesoros" se presentaron en Vigo el director de colecciones de la pinacoteca más relevante de los Países Bajos, Taco Dibbits, y la comisaria de la exposición La Escuela de la Haya, Renska Suijver. La selección de 58 óleos y 16 acuarelas datados entre 1860 y 1885 ocupa varias salas del primer piso del Centro Social y se organiza en torno a núcleos temáticos como el mar, la vida rural y la luz. La luminosidad es una característica común de las obras que ha sido decisiva para disponer el montaje. "La luz misma es la pintura, es la materia principal de estos pintores", afirmó Dibbits. La Escuela de La Haya toma su nombre de la mudanza de un grupo de artistas a la ciudad holandesa que, a mediados del siglo XIX, todavía conservaba tintes de la vida rural. Escapando de la artificiosidad de la aristocracia, los pintores buscaron la inspiración en los paisajes del campo, en los trabajos agrícolas, ganaderos y pesqueros y en las escenas del interior de las casas, en definitiva, en la vida cotidiana del común de la gente.

Suijver resaltó la osadía de los trazos amplios de estos artistas que inspiraron los primeros pasos de Van Gogh y remarcó la presentación en España de una de las joyas del Rijksmuseum. Se trata del lienzo Niños del mar, de Jozef Israëls (1872), todo un emblema del museo, pero junto a él comparecen otros símbolos de la pintura holandesa, como el cuadro El molino truncado, de Jacob Maris (1872); En el mes de julio, de Constant Gabriël (1887-1888), y En un brezal en Laren, de Anton Mauve (1887).

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