Anxo Quintana identifica nacionalismo y bienestar social

Lanzado como está el BNG a la pesca del voto en caladeros lejanos, nada mejor que una concepción generosa del nacionalismo para ensanchar la base electoral. No pierde ocasión su candidato, Anxo Quintana, de ofrecer una definición del Bloque Nacionalista Galego que dé cobijo a votantes hasta ahora extraños. Y para convencerlos de las bondades de su propuesta, está dispuesto a limar sus aristas.

El nacionalismo, aseguró ayer, "no es sólo identidad; también es bienestar". Porque el nacionalismo, explicó, "es igualdad entre los pueblos y entre las personas".

Hecha la equiparación entre nacionalismo y bienestar, el también vicepresidente de la Xunta, que lo es precisamente de la Igualdad y el Bienestar, repasó algunas de sus propuestas para fomentar si no el nacionalismo de los gallegos, al menos su calidad de vida.

Así, apostó por crear "todo un sistema alternativo de servicios complementarios" que ayude a conciliar vida familiar y laboral.

Por ejemplo, una red pública de canguros y otra de centros de juegos, que complementen la labor de las galescolas. De éstas, aseguró que sus plazas se incrementaron en un 69% esta legislatura, y que la próxima llegarán a 10.000, con 2.000 empleos asociados.

El mensaje estaba emitido. Y ante un público no completamente entregado. Combina el BNG mítines tradicionales con actos que denomina sectoriales, en los que el candidato desgrana su programa por entregas ante invitados con derecho a micrófono. Después de un buen rato de charla entusiasta, el vicepresidente pasa la palabra al público. Y ese formato tiene sus riesgos.

El nuevo estilo de los actos sectoriales, que ocupan las mañanas de campaña del BNG, se presta a sorpresas y preguntas fuera de guión. Entre el medio centenar de seguidores que aplaudían, se le coló a Quintana un crítico con la aplicación de la Ley de Dependencia que monopolizó el debate. El señor, "castellano del Bierzo", quería saber si el candidato, tan dado a "bailar con los mayores", querría hacerlo también con su padre, dependiente de 85 años que no recibe prestación. "A los dependientes no los inventamos nosotros", le replicó Quintana sin perder la sonrisa. El Gobierno "no partió de cero, sino de menos cinco", y la legislatura se cierra con la creación de 57 centros de día, la multiplicación por cuatro de ayuda al hogar, servicio de comidas a domicilio y transporte adaptado.

Hablando de galescolas, había que hacerlo del gallego, y Quintana exhibió las escuelas infantiles como receta contra la intolerancia lingüística. Ese conflicto fue el hilo argumental del mitin que, por la noche, ofreció en As Pontes, en el que criticó al PP por firmar "contratos de humo" en lugar de cumplir lo suscrito.

"Como la Ley de Normalización Lingüística que Feijóo y el PP aprobaron", gritó Quintana ante 1.000 simpatizantes. De Feijóo, advirtió que es "peor que Fraga". "No habrá tinte galleguista en un gobierno de Feijóo". También el castellano del Bierzo se coló en su discurso. Contó Quintana lo ocurrido horas antes. "Y terminamos tomando un café", reveló. "¡Si fuera con Fraga, le enviaba la Guardia Civil!".