López se conjura para derrotar al PNV y su "coalición para la independencia"
"Nuestro enemigo es el conformismo de pensar que nada puede cambiar", afirma
Patxi López quiere iluminar Euskadi abriendo un "nuevo tiempo" político que entierre la "división", el "enfrentamiento" y los diez años de "políticas soberanistas" del tripartito. Alumbrar un ciclo que impida que Ibarretxe vuelva con sus "obsesiones particulares". "Es lo que ha hecho y lo que volverá a hacer con su coalición para la independencia si vuelve a ganar", alertó ayer.
Anoche, para abrir boca, el candidato socialista empezó por poner luz en su localidad natal al Puente Colgante, patrimonio de la Humanidad, donde el PSE-EE arrancó lo que López denomina "un viaje de Coscojales [la calle de Portugalete donde nació] a Ajuria Enea", el periplo imaginario de todos los que se suban al cambio en Euskadi. López es consciente de que para poder aplicar el proyecto socialista a las políticas del Gobierno vasco necesita una "mayoría suficiente" que no hipoteque su capacidad de maniobra. Y algunas cosas más: remover a los indecisos (un 18%) y sumar a los nuevos votantes; romper la inercia social que parece conducir en última instancia a los ciudadanos hacia el voto nacionalista y pelear hasta la última papeleta en Guipúzcoa, territorio clave. Será, dijo, un cambio sin revanchas, porque para el PSE sólo sobran los "enemigos de la democracia". "Nuestro enemigo es la desesperanza y la resignación", precisó López en su primera intervención de la campaña, "no el PNV, el PP, EA, EB o Aralar". "Es el conformismo de pensar que nada puede cambiar en Euskadi". Por eso pidió abiertamente el voto a los "nacionalistas sensatos" cansados de la "deriva radical" de Ibarretxe, a los que se "sienten estafados" por Madrazo" y a quienes antes apoyaron al PP y ahora quieren estabilidad y aparcar "la bronca".
Pide el voto de los nacionalistas "sensatos" y de los defraudados por EB
Guipúzcoa, donde el partido de Patxí López ha vencido al PNV en las últimas elecciones forales y en las generales de marzo pasado, es básica en estos comicios. El PSE parte con cinco escaños y admite en privado que los casos de "corrupción" como el de la Hacienda de Irún o el museo Balenciaga, que hicieron mella en el electorado peneuvista, pueden estar ya "amortizados" electoralmente. Y saben además que el voto que se puede repartir en ese territorio -si se confirma el hundimiento de EA que algunas encuestas apuntan y Batasuna no llama a la abstención- es básicamente de extracto nacionalista. Se disputan con el PNV el noveno escaño, según encuestas internas.
Patxi López animó a los vascos a soñar con el cambio. Esa es la apuesta de su candidato a lehendakari tras iluminar ayer Portugalete. "Y el sueño depende de una sola persona, de ti", enfatizó: "Haz que suceda".
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