El Bloque se lanza en búsqueda del voto no nacionalista
Quintana explota la labor institucional para ampliar la base de su electorado
En la sede del BNG no se llaman a engaño. Esta vez no existe un Prestige contra el que rebelarse ni una era como la de Fraga de la que sacudirse. Y si en 2005 el signo de la Xunta pendió de un escaño, cualquier pequeño detalle puede volver a ser decisivo. De ahí que la filosofía de la campaña que comenzó anoche se resuma en dos palabras: "Hay partido". El símil futbolístico significa que "no hay que relajarse", hasta lograr el respaldo social que permita revalidar la primera participación del nacionalismo del BNG en el Gobierno gallego, en coalición con el PSOE.
2009 es el año en el que por primera vez se ha escuchado al candidato del Bloque, Anxo Quintana, reivindicar el voto no nacionalista. "Pensamos revalidar el apoyo de los nuestros, esperamos una alta fidelidad de nuestro electorado tradicional, pero es verdad que nos hemos abierto a otros sectores sociales que tenían unas reticencias hacia el nacionalismo que creemos haber vencido", resume un portavoz de la campaña. Se refiere a la acción de Gobierno, con una vicepresidencia y cuatro consellerías que han permitido "una mayor capacidad de interlocución con la sociedad gallega". Y ese mayor conocimiento mutuo permite al BNG aspirar a votantes tan alejados tradicionalmente de sus postulados como son los del Partido Popular.
"El PP ha perdido su perfil galleguista. Pensar en Alberto Núñez Feijóo en esa clave mueve a risa", expone el mismo portavoz. Los estrategas del Bloque creen que esa "deriva antigallega" de los populares, plasmada en las fotos de la manifestación del pasado domingo de la organización Galicia Bilingüe, ha dejado huérfano a un sector del electorado. "Hay gente que, sin dar el salto al nacionalismo, comparte una preocupación por la lengua y la cultura propias. Esa gente tiene ahora como referente al BNG".
El Bloque cree en el "trasvase directo" de votos desde el PP. "No es que lo consideremos posible, es que se está dando", opinan en la sede nacional. Pero no se acaban de ahí sus aspiraciones de crecimiento. "También hay sectores que reivindican el galleguismo en el PSOE y que no están especialmente entusiasmados por la actitud de determinados dirigentes socialistas". A la ecuación PP más PSOE le falta un factor, el del progresismo. "Hay un sector de la izquierda social que ve que la crítica más consecuente al modelo neoliberal que tantos estragos está prococando procede de nosotros".
De tan diversos campos espera cosechar el BNG. Y para ello, Anxo Quintana explotará la labor institucional. La capacidad de "interlocución" ha cambiado, después de la primera legislatura que completa el nacionalismo en la Administración autonómica. Desde la Vicepresidencia de la Xunta y las consellerías de Industria, Vivenda, Cultura y Medio Rural, el espectro se ha ampliado, lo que permite "transmitir un mensaje basado siempre en el concepto de nación", aunque no necesariamente nacionalista. "No nos ponemos ese techo", precisan fuentes de la organización.
Pero de todas las posibles fuentes de votos, ninguna tan interesante para el Bloque como la que emana directamente del PP. En primer lugar, porque no resta en el saldo global del bipartito. Y además están las encuestas. "Tenemos estudios que revelan que hay escaños en juego entre el Partido Popular y nosotros en varias provincias; la mejor garantía de que el PP retroceda es votar al BNG", afirman en la sede nacionalista. El discurso es doblemente interesante para los intereses de Anxo Quintana, porque moviliza al electorado y traslada desde el PSdeG hacia su partido la responsabilidad de luchar contra una eventual mayoría absoluta del PP.
El mensaje que el candidato nacionalista ha ido desgranando en la precampaña, y que a partir de hoy acompañará con la petición expresa del voto, tiene tres patas: la explicación del trabajo realizado por los conselleiros nacionalistas, una crítica feroz al PP y referencias indirectas a sus socios del PSOE, a los que no suele citar. Siempre, sin perder el perfil nacionalista, a veces con un tono didáctico que permita entender, por ejemplo, las consecuencias prácticas de un nuevo Estatuto de Autonomía en la financiación de los servicios básicos.
De la cautela respecto a los socios quedó constancia, por ejemplo, ayer en Vigo, donde Quintana y la conselleira de Vivenda, Teresa Táboas, presentaron a un grupo de urbanistas y arquitectos sus propuestas en materia de ordenación de territorio. Se adentraba en un campo del PSOE, al que por supuesto, no se mencionó. Pero sí hubo alusiones a la necesidad de "abandonar el urbanismo negativista y fiscalizador" e ir a un modelo "creativo". "Paralizar está bien", dijo en velada referencia a la prohibición en la franja costera, "pero no podemos quedarnos ahí".
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