En manos de 'Dios'
Messi, aspirante al trono del fútbol, se pone a las órdenes de Maradona por primera vez
Fritz Walter no entrenó a Beckenbauer. Pelé no entrenó a Romario. Di Stéfano no entrenó a Maradona. Pero Maradona es el seleccionador de Lionel Messi. Esto significa que Maradona tiene en sus manos la gestión del hombre que atesora las condiciones para ser su sucesor en el trono del fútbol mundial. El caso es insólito. Hoy, en Marsella, en el partido amistoso que enfrentará a Francia con Argentina (La Sexta, en diferido: 0.00), se cerrará el primer capítulo del que promete ser el folletín más apasionante del camino hacia el Mundial de Suráfrica 2010.
El lunes por la tarde, en el estadio de Gémenes, un pueblo a 30 kilómetros de Marsella, Maradona dirigió el primer entrenamiento de la selección argentina con Messi y Agüero. Sólo en una ocasión se cruzaron los tres en la hierba. El instante duró unos segundos y tuvo la intensidad de los momentos imperecederos. Allí estaban juntos, debutando en escena, los tres personajes más populares del fútbol argentino contemporáneo. Los presentes observaron con interés a Maradona. Primero, porque era el responsable. Segundo, porque sentían curiosidad por ver cómo el jugador más grande de la historia reciente, el hombre a quien futbolísticamente asimilaron a Dios, se relacionaba con su sucesor.
Maradona, que es más calculador de lo que parece, no fue imparcial. Al principio, ignoró a Messi. Se dirigió al Kun, que es su yerno, y le hizo un comentario acompañado de un gesto de complicidad y una sonrisa. Hablaron unos minutos. Messi se quedó mirando la escena a medio metro. Como un espectador circunstancial. Entre desvalido y fascinado. Hasta entonces, la figura del Barça no se había puesto a las órdenes de quien fue, y continúa siendo, su mito. El único libro que ha leído Messi es la autobiografía de Maradona: Yo, el Diego. Pero el lunes su ídolo se mostró más cariñoso con Agüero.
Mil personas acudieron a ver el entrenamiento de Argentina. La mayoría coreó a Maradona, que, desde que llegó a Francia, no ha tenido dudas: "Me tratan como si hubiera jugado en el Olympique". La presión de los hinchas y de los aduladores alimenta las convicciones mesiánicas de Maradona, que se siente una figura imprescindible. "Los muchachos me necesitan", dijo ayer antes de despotricar contra la Asociación del Fútbol Argentino por la mala organización del Torneo Clausura, que le ha impedido contar con Riquelme. "Se les escapó la tortuga", atizó el seleccionador.
Maradona se vio obligado a hablar de Messi. La prensa no dejó de preguntarle por el jugador que podría sucederle. "Él sabe lo que yo hice y busca superarlo", dijo; "tiene todas las condiciones para lograrlo. Si consigue en la selección todo lo que está proponiendo en el Barcelona, estamos ante a uno de los mejores jugadores del mundo".
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