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Asesinado a golpes un iraquí en una mansión de Marbella

La víctima, de 68 años, llevaba un lustro instalado en la Costa del Sol

Una mansión en obras en plena Milla de oro de Marbella (Málaga) ha sido el escenario de la cuarta muerte violenta registrada en la Costa del Sol en 2009. La víctima es Amer Hady Saed, de nacionalidad iraquí y 68 años. Unos albañiles encontraron su cuerpo ayer por la mañana en un despacho de la vivienda con una chaqueta en la cabeza y las manos manchadas de sangre. Tenía cortes como si hubiera tratado de defenderse de un arma blanca y un fuerte golpe en la cabeza, según fuentes de la investigación.

El fallecido, con pasaporte británico, llevaba unos cinco años viviendo en Marbella, pero sus empleados no conocían sus actividades o negocios. "Venía por aquí con frecuencia, era un hombre callado", dijo uno de ellos. Estuvo casado con una mujer de nacionalidad marroquí y había pasado temporadas residiendo en Londres y Marruecos. No consta, de momento, que tuviera antecedentes policiales.

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Cuarta muerte violenta

La Policía ha averiguado que debía fuertes sumas de dinero por negocios no precisados, aunque todavía no se atreven a vincular la muerte a estos impagos. "La investigación acaba de comenzar y hay que ser prudentes", dijeron fuentes policiales.

La casa en la que le encontraron muerto tiene una superficie de 1.500 metros cuadrados y estaba a la venta por 4,8 millones de euros. La villa, todavía sin puertas, está resguardada en la selecta urbanización La Carolina, un residencial en el que sólo se permite el acceso a propietarios y con cámaras de seguridad en cada esquina.

Aunque la villa todavía no estaba terminada, dos inmobiliarias especializadas en viviendas de lujo ya la ofertaban. En sus anuncios destacaban las vistas panorámicas a Gibraltar y el norte de África, el jardín tropical o una gran piscina. Tiene 6 dormitorios, seis plazas de garaje, habitaciones para el servicio, y ventanas a prueba de bala, recoge uno de los anuncios. "No se enseñaba mucho", aseguraron desde una de las dos inmobiliarias.

La Policía cortó uno de los accesos a la calle Margarita, donde está la villa, y pasó varias horas examinando la vivienda. A las 14.20 el juez de guardia autorizó el levantamiento del cadáver y el cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Málaga, donde se le practicará la autopsia que determine la causa de la muerte.

Cerca de las 16.00, media docena de policías abandonó la casa con muestras tomadas en la inspección ocular. Uno de ellos todavía llevaba los patucos para no dañar posibles huellas de la escena del crimen. Cerraron el acceso colocando una reja verde de obra y dos maderos en el portón de de la finca. La calle recuperó su aspecto fantasmal. Las únicas personas que hacen vida en sus calles son empleados de como jardineros o guardias de seguridad. "Estas calles están muertas, por aquí no pasa nadie", afirmó un jardinero.

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