Intento de consolidación

El mercado de valores español ha conseguido dar una imagen de casi normalidad al final de esta semana, la segunda consecutiva en la que logra cerrar con ganancias. El Ibex 35 termina la semana con una subida del 1,12% y por encima de los 8.500 puntos, lo que podría considerarse como un intento serio de iniciar un movimiento lateral que, en términos generales, acabe con la elevada volatilidad de las últimas sesiones.

La atención de los inversores está puesta en Estados Unidos y en el proceso de aprobación del plan de reactivación económica del nuevo Gobierno. No obstante, el rifirrafe entre el Gobierno español y la banca por la lentitud, o negativa, en poner crédito a disposición de empresas y ciudadanos ha provocado algunos desajustes importantes en el mercado interno, que quedó bastante rezagado del resto en cuanto a los avances.

Al margen de si se dan bastantes créditos o no, a los inversores les preocupa el evidente descenso del negocio bancario por la propia inactividad del sistema, con lo que se espera que este ejercicio no sea tan bueno como algunos banqueros han afirmado. De hecho, las casas de análisis de algunos grandes bancos ya han comenzado a revisar a la baja el precio objetivo de los valores bancarios, aunque con criterios tan diferentes que hay casos, como el del Banco Santander, que ofrece diferencias de más del 20% entre unas recomendaciones y otras.

El anuncio de una ampliación de capital de 3.500 millones de euros por parte de Gas Natural para financiar parte de la compra de Unión Fenosa no sentó muy bien en el mercado, en parte porque, tradicionalmente, los inversores españoles no ven bien el recurso al mercado por parte de las empresas, es decir, que no les gustan las ampliaciones "de pago". Tampoco parece que el momento actual sea el más adecuado para demandar fondos.

El mantenimiento de los tipos de interés por parte del BCE no fue una sorpresa para los inversores, ni tampoco el anuncio de que en la próxima reunión de marzo habrá dinero más barato ante el más que evidente y veloz deterioro de la actividad económica en todos los países de la eurozona.

Los indicadores económicos conocidos a lo largo de la semana han vuelto a confirmar que nadie escapa a la recesión y sus consecuencias. En Estados Unidos se reduce el gasto de los consumidores ante la evolución del mercado de trabajo que, ya al final de la semana, ofreció unas cifras muy negativas. La tasa de paro creció en enero hasta el 7,6% después de la pérdida de 598.000 puestos de trabajo. Estos datos, curiosamente, no afectaron al mercado de valores, al considerarse ya descontadas muchas malas noticias en el actual nivel de las cotizaciones, y también porque el dato mete presión para que se aprueben cuanto antes los planes de estímulo económico y fiscal en discusión. -