El optimismo empieza a calar en la renta fija
Las mejores oportunidades se encuentran en el mercado de nuevas emisiones y en sectores poco influidos por el ciclo
Un cierto optimismo parece recorrer los mercados de renta fija. Los expertos describen de forma bastante elocuente este estado de ánimo. "2008 fue el año de la rata chino (la rentabilidad para los bonos corporativos se situó en -8,29%); 2009 es el año del buey y será un ejercicio fuerte, con grandes oportunidades para los inversores", dicen en la gestora Schroders. "Mientras en 2009 se espera que el clima económico y empresarial sea desastroso; nosotros creemos que las nunca vistas valoraciones en el mercado de bonos de alto rendimiento suponen una gran oportunidad para el inversor a largo plazo", afirman en Aviva Investors.
"El rendimiento de los bonos de empresa está alcanzando las cotas más atractivas de los últimos doce años y el diferencial con respecto al rendimiento de la deuda pública es el más amplio desde la Gran Depresión. Las buenas noticias para los inversores es que los precios y los diferenciales de los bonos de empresa sólo han de mantenerse para proporcionarles un rendimiento atractivo", explican expertos de Fidelity.
El rendimiento de los bonos alcanza las cotas más atractivas en doce años
No se trata de un optimismo "porque sí" o "porque toca ya". Las razones que se esgrimen son variadas. "Los mercados de crédito están baratos", según Schroders. "El diferencial -prima de riesgo- que ofrecen los bonos calificados con BBB ha vuelto a los niveles de 1925. Estamos en la actualidad próximos a tasas que no se veían desde los años treinta. La distancia que se ha abierto entre los bonos de alta y baja calidad es la mayor de los últimos 70 años, acercándose al 3%. No hay que dejar de recordar, además, que una de las mayores ventajas de la deuda corporativa frente a la renta variable es la prelación de pagos en caso de quiebra pues ésta favorece a los inversores en deuda senior (la que cuenta con mayores garantías, más ahora con el respaldo con el que cuentan algunas entidades). El pago del cupón es obligatorio frente al dividendo, que puede verse reducido".
Desde Fidelity se tiene claro que: "El crédito nos ha metido en este lío, y también nos sacará de él -los mercados crediticios necesitan volver a la normalidad para que existan posibilidades de una recuperación económica y un mayor rendimiento de otros activos de riesgo-; más allá de las fronteras de Estados Unidos es posible que se produzcan recortes de tipos de interés -aunque el tipo de los fondos de la Reserva Federal ronda el 0% en Estados Unidos, en Europa y Reino Unido aún hay cabida para más recortes de tipos y caídas del rendimiento de la deuda pública y éstas son buenas noticias para los bonos de empresa puesto que su rendimiento se verá forzado a ir automáticamente en la misma línea-, y, entre otras posibles razones, señalar que la deflación puede ser un aliado de los bonos.
Estos activos proporcionan el principal y cupones fijos, y no están vinculados a la inflación. Frente a la caída de los precios, los rendimientos fijos se convierten en una opción atractiva puesto que el valor real (ajustado a la inflación) de esos pagos es mayor".
2008 fue un año que el inversor desearía olvidar, pero que recordará vívidamente, dicen desde BlackRock. "Hubo una restricción de la liquidez en todos los mercados y el sistema financiero casi se colapsó. El efecto sobre la economía real fue muy virulento y hoy estamos inmersos en una recesión. En respuesta, los esfuerzos de política monetaria y fiscal para impedir un colapso sistémico y frenar las crecientes fuerzas deflacionistas se han vuelto cada vez más agresivos. Una liquidez sin precedentes se está inyectando al sistema. En varios países, los tipos de interés están en los niveles más bajos desde hace décadas, y es probable que sigan cayendo.
En Europa, donde todas las señales apuntan a una contracción de la zona euro más fuerte de lo previsto, aumenta la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) para que recorte aún más los tipos de interés. Los mercados descuentan que, más avanzado el año, llegará al 1,25%. A pesar del, o quizá gracias a este sombrío panorama, los expertos piensan que empiezan a surgir oportunidades para los inversores a largo plazo.
"Teniendo en cuenta la gravedad de los cambios actuales, la conjunción de los factores siguientes nos arroja un tímido rayo de luz: el deshielo paulatino de los mercados crediticios reanimará la actividad mundial apaciguada artificialmente por el abrupto retroceso de los bancos, y los intereses, que rozan el 0% en ambas orillas del Atlántico, reorientarán el ahorro disponible hacia las inversiones de riesgo", apunta Édouard Carmignac, presidente de Carmignac Gestión.
Admitidas todas estas razones como válidas para creer en la recuperación de los mercados de renta fija, surge una nueva incógnita: hacia dónde dirigirse, qué comprar realmente y cuándo hacerlo. Para los responsables de Black Rock, aunque es cierto que hay mucho papel soberano que ahora está muy barato, "en general, consideramos que los precios de los bonos corporativos descuentan actualmente una depresión y no una recesión y, por tanto, representan un valor excepcional dada la rentabilidad adicional que pueden obtener los inversores sobre la deuda pública y su potencial de revalorización del capital. Nos parece importante comenzar a abrir y acumular posiciones ahora, ya que será muy difícil saltar al tren cuando el rebote esté en marcha".
"La recuperación de los mercados de bonos corporativos puede haber empezado ya, dado que algunos bonos seniors de bancos han visto cómo sus diferenciales de crédito tocaban techo el año pasado. Creemos que las mejores oportunidades se encuentran en el mercado de nuevas emisiones. A lo largo de 2009, este segmento debería ofrecer oportunidades extremadamente atractivas para comprar bonos de empresas de telecomunicaciones, servicios públicos y no cíclicas. Nuestra idea es invertir en bonos emitidos por empresas que, en nuestra opinión, sobrevivirán a una recesión", explican desde Schroders, que añaden que "creemos firmemente que pueden llegar a arrojar rendimientos de entre el 7% y el 9%".
Aviva Investors cree que existe un relevante valor de futuro para los activos de alto rendimiento. Específicamente identifica tremendas oportunidades de inversión entre los bonos valorados con ratings BB y B. -
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