"Han sido 180 días de sufrimiento"
El Valencia ampliará su deuda para pagar los 15 millones que debe a los jugadores
"Cuando llegamos, las arcas estaban secas, secas, secas. Han sido 180 días de sufrimiento", resumió ayer Miguel Zorío, vicepresidente del Valencia, para explicar la angustiosa situación económica del club desde el verano pasado. El día 1 de este mes no se pudieron abonar los 15 millones de euros correspondientes al 50% de las fichas anuales de los jugadores, aunque aseguró que se hará "la semana que viene". ¿Cómo? Con un aumento de la deuda de la sociedad, que ya supera los 400 millones, a través de un nuevo préstamo que supondrá pagar intereses muy altos. Ese dinero también servirá para saldar los 14 millones que se adeudan, también desde principios de mes, a las empresas que están construyendo el nuevo estadio: Bertolín y FCC. El estreno del nuevo Mestalla está previsto para enero de 2010.
Paradigma del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el club ya debe 400 millones
"La solución es inminente", afirmó el presidente, Vicente Soriano, en alusión al préstamo, pero también al acuerdo con Mediapro por la venta de los derechos televisivos para los próximos cinco años: unos 250 millones, 50 por ejercicio. Asimismo, el club asegura haber firmado un contrato con la firma de ropa Kappa que le supondrá 5,5 millones por cada una de las tres próximas temporadas. Nike deja el Valencia.
"Estamos tranquilos. No creo que tengamos problemas en cobrar", declaró el extremo Mata. "Los jugadores entienden la situación y se han portado estupendamente. Van a cobrar en metálico antes del día 15", ratificó Zorío.
El principal acreedor del Valencia es Bancaja, a la que debe 240 millones. La entidad financiera ha barajado entrar a gestionar el club para tratar de frenar la hemorragia. Pero Soriano se niega. Sigue convencido de sacarlo adelante a pesar de no haber podido cumplir su promesa de vender las parcelas del viejo Mestalla, 80.000 metros cuadrados de edificabilidad, por 300 millones. El club reconoció ayer que, por ahora, no va a poder vender esos terrenos, aunque espera hacerlo antes del verano. Soriano entiende que su acuerdo con Mediapro, si lo cierra, será un aval que le permitirá no malvender ese suelo. El presidente sigue convencido de poder evitar el traspaso de su principal estrella, el delantero Villa, al final de la temporada. "Ni por 45 millones vendemos a Villa", dijo Zorío.
El Valencia es el paradigma del pinchazo de la burbuja inmobiliaria aplicado al fútbol. El anterior presidente, Juan Soler, promotor inmobiliario, lo fio todo a la construcción del nuevo estadio y al pelotazo que daría en el viejo Mestalla, recalificado por el Ayuntamiento de la ciudad. "Seremos la envidia de España", pronosticó Soler después de que la Generalitat le recalificara millón y medio de metros cuadrados para una nueva ciudad deportiva en una localidad a 15 kilómetros de Valencia, Riba-roja, que le dio al club una plusvalía de 80 millones. Una ciudad deportiva que no se ha empezado a construir, por supuesto. Soler triplicó la deuda en sus cuatro años de gestión, de octubre de 2004 a marzo de 2008. Lo quemó todo en un gasto ordinario marcado por un sinfín de despidos e indemnizaciones. Entre ellas, la del financiero Juan Villalonga, que cobró cinco millones después de haber gestionado la sociedad dos meses en verano.
Muy a su pesar, Soler sigue siendo el máximo accionista del Valencia, con un 40%. Soriano, con un 10%, incumplió el acuerdo de pagar 80 millones a Soler por sus acciones. Ya nadie quiere comprar los títulos de Soler, que pretende ahora que el club le devuelva los 13,5 millones que adelantó por una de las parcelas de Mestalla, así como otros 26 millones por esos mismos terrenos de un pagaré que vence el 17 de marzo. Por si fuera poco, Soler avaló 80 millones de los 240 que el Valencia debe a Bancaja. Es decir, el máximo accionista está entre la espada y la pared. Lo mismo que el Valencia. Después de 180 días de sufrimiento.
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