"Es la versión moderna de Luis"

Mucho físico, mucha disciplina, mucha presión y mucha comunicación. El espíritu de Luis Aragonés, dicen, ha vuelto al estadio Calderón. "Digamos que Abel Resino es la versión moderna de El Sabio: dialogante, motivador y cascarrabias cuando la ocasión lo requiere", cuenta Arrigo Sacchi, que le tuvo como entrenador de los porteros en su etapa en el Atlético (1998-99). "Lo primero a lo que tendrá que meter mano es a la pobre mentalidad de la plantilla, pero en eso no tendrá ningún problema porque es un ganador", opina José Luis Pérez Caminero; "cuando éramos compañeros, ya apuntaba maneras como técnico. A fin de cuentas, el portero es el que mejor perspectiva tiene de los partidos, ¿no?. Así, no paraba de corregirnos y mandarnos". "Sabe cómo motivar a cualquiera... Nunca hay excusas para no atacar. Es una de las razones por las que vayamos sextos y aspiremos a subir a la Primera División", asienten distintos jugadores del Castellón, conjunto al que dirigía hasta ahora.

El relevo de Javier Aguirre en el banquillo es "algo más que un agitador del vestuario", consideran en los despachos del Atlético. Lo comparte Quique Pina, que en 2005, cuando presidía el Ciudad de Murcia, fue el primero en apostar por el manchego: "Firmábamos la permanencia en Segunda y concluimos cuartos, a un paso del ascenso. Pero, ante todo, me llamó la atención que, para ser la primera vez que asumía la máxima responsabilidad sin el paraguas de nadie, ya tenía su propia filosofía: siempre quería manejar los partidos, tener el balón, ¡nada de esperar pifias del contrario!".

"Destacaría de él que adelanta muchísimo a la defensa", explica su preparador físico, Miguel Peiró. "Es algo de agradecer en estos tiempos", asienten varios ex compañeros de Abel, entre ellos el también guardameta Molina. "Sube tanto la línea que da la impresión de que va al fuera de juego cuando no es ésa la intención", matiza Peiró.

Juan Sabas, segundo de Abel en el Ciudad de Murcia y el Levante, espera en Sevilla que le confirmen un sitio en el nuevo cuerpo técnico rojiblanco. "De momento, Santi Denia es su único ayudante de campo. Gastón seguirá con los porteros", indican en el Atlético, que no le renovará automáticamente el contrato aunque termine la Liga entre los cuatros primeros, los de la Champions. "Me pidieron que viniera estos meses y lo he hecho encantado. Sin riesgo, no hay gloria", abundó el propio Abel, "escrupuloso" con la disciplina: "No permito que se lea un periódico en la mesa ni las faltas de puntualidad. Tampoco se puede abusar del móvil. Y hay que cuidar la indumentaria. Representamos a una institución".

"Su llegada ya ha hecho familia", afirma Vicente Montes, el abogado que lleva sus asuntos. Caminero hace un matiz: "Sabe gobernar un vestuario, pero, aunque sea de la casa, no debería olvidar que los tira y afloja en el Atlético se conocen cuando estás dentro. Dejas una comunidad de vecinos bien avenida y al mes y medio te encuentras un gallinero".

"Si le sucede eso, no debería preocuparse", sentencia Sacchi. "Abel ha sido secretario técnico del club, portero durante 13 años, segundo con César Ferrando... Conmigo era mucho más que el entrenador de los porteros. Me preparaba unos informes de los rivales tan exhaustivos que le veía carrera", recuerda el italiano, que resalta su "gen competitivo": "Es un verdadero creyente".