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El turno de oficio, sin togas

Los abogados coruñeses suspenden la asistencia jurídica gratuita desde hoy como protesta por sus bajos salarios

La recogida de móviles, temprano, sobre las nueve en el Colegio de Abogados, marca el arranque de 24 horas de guardia en el turno de oficio en A Coruña. En villas medianas y pequeñas, la guardia es obligatoria y dura toda una semana. Pero desde hoy -salvo en Ordes, que se retrasará un mes- inician una "huelga" los 670 letrados adscritos en los 12 partidos judiciales de la provincia: dejarán de prestar asistencia jurídica gratuita salvo en casos "urgentes", como detenciones, procesos a menores "con peligro de internamiento", víctimas o imputados por violencia machista, demandas de asilo o expulsión y peticiones de pensiones para menores.

La Consellería de Presidencia e Xustiza apura las negociaciones con los abogados coruñeses -la tercera parte de los que ejercen en Galicia- pero nada evitará la suspensión de servicios durante al menos una quincena. Quien quiera abogado gratuito en la provincia -hay que tener ingresos inferiores a 1.200 euros mensuales- esperará. El plante tiene su origen en motivos económicos (baja remuneraciones, impago de servicios) pero también en la excesiva burocracia que convierte un derecho fundamental, la Justicia gratuita, en un enrevesado engranaje a menudo al borde del colapso.

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"Sistema insostenible"

Es martes, 27 de enero, y siete profesionales inician su turno en A Coruña. José Ramón Martínez Varela, en cambio, pasa la mañana en el juzgado para seguir con lo que inició la víspera, cuando sí estaba de guardia: asistir ante el juez a los detenidos que declararon ya en comisaría. Es lo habitual, volver al día siguiente de cubrir el turno porque la persona a la que se prestó asistencia jurídica tiene derecho a que el mismo letrado siga con su defensa.

Manuel Meiriño, de turno de oficio ese martes en el cuartel y la comisaría de A Coruña, atiende a 10 detenidos entre las 15 y las 22 horas. Varios son extranjeros, lo que le obliga a esperar por el traductor.

Al día siguiente, Meiriño, que ya no está de guardia, aparca los asuntos de su despacho y pasa la mañana en el juzgado, asistiendo a esas diez personas. "Y menos mal que la juez fue rápida y los liberó antes de las 14 horas".

La guardia de un abogado de oficio implica una disponibilidad absoluta durante 24 horas, y el tiempo que haga falta al día siguiente. La Xunta sólo abona una asistencia. Siguiente problema: coordinar las agendas de jueces, letrados, fiscalía y policías. Martínez Varela, que tiene un juicio a las 11 horas, aguarda que el juez acepte que a uno de sus tres detenidos lo atienda Santiago Míguez, otro colega del turno de oficio. Petición aceptada.

Míguez, en sus 24 horas de turno, asiste al defendido de Martínez y a un marroquí sobre el que pesa una orden de expulsión del país, prevista para el 30 de enero, tres días después. "Que derroche de recursos y tiempo, al final todos acaban cabreados por las horas que se pierden", se lamenta este jurista especializado en casos sociales. Su experiencia le dice que la Xunta se negará a abonar la asistencia jurídica que prestó al marroquí abocado a ser expulsado. En la actual regulación, son los abogados, al rellenar la solicitud del que reclama un letrado gratuito, los que deben arreglárselas para demostrar que el defendido no excede el límite de ingresos.

Su compañera Rosa Fuentes, de guardia ese martes en el juzgado de violencia machista, corrobora la frecuencia con que la Xunta alega falta de datos para negarse a abonar su trabajo. Este turno también es tranquilo, asiste a una joven que finalmente decide no declarar contra su novio por pegarle durante una pelea en la calle. "En la solicitud de abogado de oficio, puso que estaba en paro. ¿Cómo demuestro yo que no tiene más ingresos?", se pregunta la letrada.

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