"Ahora espero superar a don Alfredo"
Raúl se muestra orgulloso de haberse puesto a la altura del mítico delantero madridista
Raúl ya debía de andar pensando en nuevos retos para trasladar a sus asientos contables cuando se duchó en Los Pajaritos. Pero se duchó feliz. Esa felicidad se trasladó a su rostro. Algo inusual en un hombre introvertido como él, reacio a exhibir sus sentimientos en público. Al salir del vestuario, parecía el ganador del cuponazo de la ONCE. Acababa de meter su gol número 307 con la camiseta del Madrid y eso le empareja a Di Stéfano, que marcó los mismos goles y fue durante 40 años el máximo artillero del club. Hoy, el trono es compartido. Será por poco tiempo. Raúl confesó que va a por el gol 308. Como dijo al salir del campo: "Ahora espero superar a don Alfredo".
El discurso estaba más o menos preparado. Pero Raúl no pudo cubrir la verdad de sus emociones. "Lo importante es que se ha conseguido la victoria", dijo; "pero luego, a nivel personal, estoy muy contento. Igualar a don Alfredo es un orgullo para mí. Ahora espero superarle".
Mientras el capitán del Madrid hablaba, a su alrededor se congregó una multitud de periodistas y curiosos. El gol 307 había creado una gran expectación. Raúl se quitó méritos. "Esto se lo debo a los muchos entrenadores que he tenido, a todos mis compañeros y a la calidad que han debido poseer para jugar en el Madrid. Hoy, prácticamente, sólo he tenido que empujar la
pelota. Me lo han puesto fácil".
"Di Stéfano me dijo que a ver si marcaba ya para que no diese más lata la prensa con este tema", comentó el delantero bromeando sobre su último encuentro con la leyenda; "pero, más allá del gol, lo importante es que nos hemos marcado una línea de trabajo y se está consiguiendo. Lo que quiero es ganar más títulos".
"Estoy contento con el gol", insistió Raúl, que, en contra de su costumbre, no dejó de sonreír: "Siento felicidad porque el partido estaba complicado y el gol nos ha tranquilizado. Ahora hay que seguir trabajando. Mi cabeza ya está en el próximo partido, contra el Racing".
Juande Ramos, el entrenador madridista, se mostró poco imaginativo cuando le preguntaron por la gesta de su capitán. "Hay que felicitarle", dijo, "porque ha igualado a Di Stéfano y eso lo dice todo. Es un hombre que aporta mucho al equipo y que siempre está donde tiene que estar".
Esta sensibilidad para moverse en el espacio hacia el lugar al que irá el balón, pero no irán los defensas, es uno de los poderes de Raúl. Es algo que todos los colegas admiran en él. Ayer lo recordó uno de los capitanes del Numancia. "El Madrid ya empezó a tener un poco más el balón al final de la primera parte", reflexionó Nagore, sin desesperar, como quien examina un incidente lejano.
El medio centro del cuadro soriano acababa de salir de la ducha y repasó el gol de Raúl sin pasión, apuntando a la rara habilidad que hace falta tener para definir esas jugadas: "Para meter esos goles tienes que estar ahí. Y ahí estaba Raúl. El gol nos rompió un poco".
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