El calor derrite a Djokovic
El serbio se retira ante Roddick tras jugar a 35 grados
Bajo la gorra empapada, un cerebro completamente frito. Boquea Novak Djokovic, el campeón actual del Abierto de Australia, como un pez fuera del agua. Un fisioterapeuta le recorre el brazo derecho y la axila con trozos de hielo. Del cielo llueven 35 grados. Demasiado para Nole, que tiene la temperatura corporal hirviendo. Y... subiendo. Demasiado para el chico que tuvo que operarse en Italia de sinusitis para aguantar el ritmo. Demasiado para un tenista con el físico en cuestión y el sufrimiento en cuarentena: con 21 años, vio cómo las piernas le abandonaban y el brazo le dolía y decidió firmar su cuarta retirada de un torneo grande. A Andy Roddick, su rival, no se le movió ni un pelo.
"La razón principal de la retirada han sido los calambres y el dolor muscular", dijo el serbio, número tres del mundo. Entre su abandono (7-6, 4-6, 2-6, 1-2 y abandono) y la rueda de prensa, fue al médico. "El público", continuó Djokic, "pudo observar que estaba teniendo problemas con mi movilidad. No podía sacar como antes. Bajé la media de velocidad unos 20 o 30 kilómetros por hora. Eso facilitó sus restos. Vio que los intercambios largos no me eran cómodos y lo usó sabiamente. Lo intenté, pero no puedes luchar contra tu cuerpo".
El abandono de Djokovic -el cuarto en dos días- pone en el punto de mira la programación del torneo y su política de suspensión de partidos por el calor. El domingo, el serbio jugó un encuentro durísimo contra Baghdatis que acabó a las tres de la madrugada. Al día siguiente fue incapaz de entrenarse. Y ayer, pese a sus peticiones, la organización no quiso ponerle en el turno nocturno: la televisión prefirió la heroica derrota de la australiana de origen serbio Dokic ante la rusa Safina (4-6, 6-4 y 4-6).
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