_
_
_
_
ÁREA DE META
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La emoción de irse de 'copas'

Andoni Zubizarreta

Tengo un amigo que entrena a los porteros del Swansea. Me dice que vive un momento de plenitud profesional, buena calidad en el trabajo, un equipo de entrenadores cohesionado, con una idea clara de cómo llevar al grupo y la tranquilidad que le da el anonimato. Hace unos minutos que he hablado con él para felicitarle por la clasificación, tras eliminar al Portsmouth, actual campeón, para la siguiente ronda de la Copa inglesa, la Cup, el torneo de fútbol más antiguo del mundo, y me hablaba desde la emoción de un logro imposible. Me contaba Iñaki la alegría de sus seguidores, el ambiente del partido, el impacto de alegría en sus gentes. Cuando me lo contaba, estaba yo recordando las imágenes de los seguidores del Real Unión y del Poli Ejido festejando las victorias ante el Real Madrid y el Villareal. Si la emoción se mide en grados, la temperatura sería la misma en Gales que en Irún o El Ejido.

"El problema no somos nosotros. Son intratables", explica Monchi

Me cuenta mi amigo que esta victoria les complica un poco el calendario de partidos, pero que no hay nadie de sus supporters [aficionados] que se haya quejado por la clasificación. Es más, tiene la posibilidad de adaptar el calendario para hacer frente de la mejor forma al reto de batir al Fulham y ganarse el pase a los cuartos de final, lo que les acercaría a la fiesta de estar en Wembley para la cita final. Como dice mi amigo, a un partido se le puede ganar a cualquiera.

Y pensaba yo en esta Copa nuestra que nos viene a visitar en medio de la semana siendo recibida como una sospechosa que sólo busca distraer de lo verdaderamente importante, la Liga, y sus puntos. Y recuerdo las gradas repletas de los campos ingleses para compararlos con los asientos vacíos de nuestros estadios. Plena emoción contra oportunidad única para hacer caja ya que nos visita un grande. ¿Pasará en Inglaterra eso de que las entradas se disparan cuando llega un equipo de los de la parte alta de la tabla? ¿Primará lo económico o lo deportivo? Recuerdo alguna conversación de éstas en mis tiempos de director deportivo del Athletic cuando intentaba convencer a los que manejaban los números de la necesidad de llenar el campo para empujar a nuestros jugadores frente a la oportunidad de incrementar los ingresos del club, una tarea que siempre debe ser una prioridad. ¿Tres puntos posibles o muchos euros reales? ¿Un sueño en la Copa o miles de euros en la caja?

También es verdad que entre todos vamos eliminando la ilusión por un torneo que siempre me ha llenado de emoción. Mi primer partido en directo que vi al Athletic -entonces Atlético de Bilbao ya que a alguno lo inglés le gustaba poco-, y a Iribar, mi ídolo, fue en una final ante el Castellón en el que jugaba Vicente del Bosque. Era 1973. Ganamos 2 a 0 y conocí lo que era la marea rojiblanca en Madrid. Aquella emoción me unió a la yunta de un torneo único, simple, eléctrico. Por cierto, ¿saben a quién batió en la final del año pasado el Portsmouth para ser campeón? Al Cardiff City. Segunda División inglesa. 89.874 espectadores en Wembley, lleno hasta la bandera.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_