Federer tiembla y remonta

El sol achicharra la pista Rod Laver y Roger Federer, número dos del tenis mundial, se derrite. El público, teñido de rojo y blanco, los colores de Suiza, está al límite. Un gigante, un tanque, un jugador mandando como un comandante, le está desnudando. No hay discusión en el partido. No hay debate. Hay un tenista, el checo Tomas Berdych, repartiendo palos. Otro, Federer, sin aliento. Los dos primeros sets han caído. El suizo está contra las cuerdas. Y en ésas, igualados a 3 en la tercera manga, Federer se dice: 'Aguanta, resiste'.

"No sé ni lo que sentía", cuenta Federer luego, una vez conquistada la dramática victoria (4-6, 6-7, 6-4, 6-4 y 6-2), que significa la cuarta remontada desde 0-2 de su carrera. "No estaba pensando en la derrota, eso es seguro. La línea de meta todavía estaba lejos de Tomas. Sabía eso. Debes concentrarte en jugar los puntos en vez de pensar: '¿Qué va a pasar?", continúa; "estaba preparado para jugar cinco sets desde el principio. Creo que por eso tuve tanta determinación hacia el final. Fue una buena batalla. Una lucha justa. Dura. Pero siempre creí en el triunfo".

"Debes concentrarte en el juego en vez de pensar: '¿Qué va a pasar?", dice el suizo

En medio de la batalla, tras más de dos horas, Berdych tiene que ser asistido por el fisioterapeuta. Le duele una pierna. Suena de fondo la música machaca de una discoteca que se cuela en la pista para unirse a la fiesta, ya abarrotada. Federer ha llegado como mínimo a las semifinales de los últimos 18 torneos grandes que ha disputado. Por eso la posibilidad de su derrota llena las gradas. Por eso Guillermo Vilas, de riguroso negro, lo ve en posición privilegiada. Y por eso, más cerca de la pista, otros cuatro argentinos marcados por el sol y en chancletas toman notas en sus libretas: Juan Pico Mónaco, Juan Martín del Potro, su entrenador y su preparador físico. Delpo jugará contra Federer en cuartos y no quiso perder la oportunidad de conocer sus debilidades. Su cruce es un símbolo. La señal de lo que se acerca.

Llega la segunda semana del torneo y el Abierto de Australia parece la ópera. No falta nadie. No ha perdido ningún favorito. Rafa Nadal, Roger Federer, Novak Djokovic, Andy Murray, Juan Martín del Potro, Jo Wilfried Tsonga, Gael Monfils, Gilles Simon... Aquí están todos. Sonará música de rompe y rasga. De ahora en adelante, cada partido será un terremoto.