Zigic empequeñece al Sevilla

El Sevilla se topó ayer con una torre de 2,02 metros. El cuerpo espigado de Zigic se hizo valer en dos ocasiones que aturullaron a los locales. Por mucho que Manolo Jiménez multiplicara sus efectivos en el ataque, el cuadro andaluz cayó derrotado ante la figura filiforme del delantero serbio. Pese a contar con un jugador menos durante una hora, el orden del Racing se impuso en un partido que comenzó con el recuerdo a los cuatros niños fallecidos en Cataluña tras desplomarse un pabellón a causa del temporal.

Acuciado por las lesiones, que tantos quebraderos de cabeza le están dando a Jiménez esta temporada, el Sevilla se presentó con Fernando Navarro en la banda derecha, por detrás de Adriano, en vez del lesionado Jesús Navas. La idea, como ante el Numancia, consistía en apretar en las orillas y aprovechar la velocidad del brasileño y Capel para forzar la falta de los laterales verdiblancos. Serrano cayó en la trampa y enfiló el vestuario. Pero el Racing ya se había adelantado.

El conjunto de López Muñiz suma más puntos lejos de El Sardinero y parece sentirse, pues, más cómodo en la distancia. Y todo, con unas consignas muy claras: buenas coberturas en la defensa, transiciones directas y efectividad en las jugadas de estrategia, en las que saca partido de la altura de Zigic. Por dos veces fue fundamental la presencia del serbio. La falta botada por Munitis encontró la cabeza del delantero, por mucho empeño que pusiera Kanouté. La mano de Palop salvó el testarazo, pero se quedó vendido ante César Navas.

El Sevilla se enorgullece del título de segundo equipo menos goleado. Pero continúa teniendo en las acciones a balón parado su asignatura pendiente. Con el descanso consumido y la superioridad numérica en el terreno de juego, la zaga sevillista volvió a pecar de ingenua en una falta que repitió protagonistas. El envío del cántabro lo recogió Zigic anteponiéndose al malí. El cuero besó el larguero para acabar en la red. Un jarro de agua fría al que Jiménez trató de poner paños calientes a la desesperada. El técnico sevillista desnudó la defensa para repoblar la línea ofensiva. La retaguardia se quedó con Navarro, Squillaci y Adriano mientras que a los delanteros titulares se les sumaron Chevantón y Pukki, el joven finlandés del filial del Sevilla. Con todo ese arsenal, Toño apareció todo lo que no había aparecido en la primera mitad. El equipo de Nervión encerró al Racing en su cueva, aunque los de López Muñiz lograron tapar todos los huecos. Las intervenciones de su portero, la anticipación de Marcano y el trabajo de contención de Colsa y Lacen desarbolaron los envites de Kanouté, Luis Fabiano, Renato o Chevantón. Jiménez apostó al doble o nada y se fue con las manos vacías en un partido en el que el Racing dominó cuando quiso y apretó los dientes cuando el encuentro se lo requiso.