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Reportaje:

Conflicto étnico a sillazos

La tensión entre los aficionados serbios, los bosnios y los croatas marca el Abierto de Australia fuera de las pistas

Sobre la pista, un abrazo. Fuera, una pelea a sillazos, proclamas nacionalistas, litros de alcohol malgastados, una mujer inconsciente, dos detenidos y 30 supuestos aficionados expulsados del Abierto de Australia. Melbourne es un crisol de nacionalidades, un imán para los inmigrantes. A primera hora de la mañana de ayer empezaron a llegar los aficionados croatas con sus gritos, sus banderas de cuadros blanquirrojas y sus canciones, que tronaban ya desde los aledaños de los estadios. Aparecieron luego los serbios y sus gritos de "¡dobro! ¡dobro!" ("¡bien! ¡bien!"). Faltaban los bosnios y también se presentaron, aunque fue para ver cómo el serbio Novak Djokovic derrotaba al estadounidense Delic (6-2, 4-6, 6-3 y 7-6), de origen bosnio. Su partido fue una batalla. Una lucha vivida con entusiasmo en la grada, donde afloraron banderas bosnias y serbias. El encuentro acabó con un abrazo entre los tenistas. El gesto, precedido por una llamada a la paz de Delic en su página web, no prendió en los aficionados: fuera de la pista, una veintena la emprendió a sillazos.

"Lo que ha pasado es realmente triste", dijo Delic; "no hay sitio para eso aquí. No sé quién empezó ni quién acabó [la pelea], pero estoy seguro de que en los dos lados había gente que quería causar problemas. Es triste: se emborrachan y buscan problemas".

"Para nosotros, es algo incontrolable", explicó Djokovic, que cuenta a los tenistas croatas entre sus mejores amigos del circuito; "es un asunto de las autoridades. Hay que comprenderlos hasta cierto punto porque no tienen muchas oportunidades de ver a los deportistas de sus países". En realidad, el serbio desconocía el incidente cuando fue preguntado. Sólo se enteró más tarde mientras se tomaba un trozo de asado con arroz en el restaurante y escuchaba los chascarrillos del día. La pelea a sillazos. Y el exhibicionista en la pista en que jugaban el dobles las hermanas Williams.

El problema va más allá. La policía declaró antes del comienzo del torneo que lo consideraba un evento familiar y que aplicaría una política de tolerancia cero. Los precedentes animaban esa postura. En 2007, 150 seguidores serbios y bosnios fueron expulsados tras enfrentarse entre ellos con botellas y bengalas. En 2008, los agentes tuvieron que usar spray de pimienta para controlar a los de origen griego que interrumpieron el partido entre Fernando González y Konstantinos Economidis. Y en 2009 se han sucedido los puñetazos, los cánticos nacionalistas y las peleas. Que se lo digan a Mathieu.

El francés vio bosnios semidesnudos gritándose insultos con aficionados serbios: "¡Serbios, hijos de puta!". Gente bebida recién pasado el mediodía. Chicas pintadas con colores nacionalistas. Y un grupo de agentes haciendo de frontera mientras él perdía contra Delic en la segunda ronda. "Su actitud ha sido vergonzosa", se quejó. "Si les apetecía irse de fiesta, ¡que se hubieran ido a un bar! En el quinto set, fui al baño y me encontré botellas de vodka", continuó. "Es inquietante para el tenis", cerró, consciente como era de que no había sido el único afectado por el problema. "¡No insultéis a Marin!", tuvo que gritarle el serbio Tipsarevic a sus aficionados, que abusaban del croata Cilic. Perdió el tenista filósofo y ni aun así hay un día tranquilo. Los serbios Djokovic y Jankovic siguen jugando. Sobreviven también los croatas Cilic y Ancic. Cuatro ex yugoslavos, Australia y sus aficionados. Problema seguro.

Tercera ronda:

Hombres: Tommy Robredo-Lu Yen Hsun (Taip.): 6-1, 6-3 y 6-2. M. Cilic (Cro.)-David Ferrer: 7-6 (5), 6-3 y 6-4. R. Federer (Sui.)-M. Safin (Rus.): 6-3, 6-2 y 7-6 (5).

Mujeres. J. Dokic (Aus.)-C. Wozniacki (Din.): 3-6, 6-1 y 6-2. A. Kleybanova (Rus-)-A. Ivanovic (Ser.): 7-5, 6-7 (5) y 6-2. J. Jankovic (Ser-)-A. Sugiyama (Jap.): 6-4, 6-4.

Agentes de seguridad retienen a un seguidor serbio sin entrada.
Agentes de seguridad retienen a un seguidor serbio sin entrada.AFP

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