PORNO CASERO

POR fin mi marido y yo hemos decidido colgarnos juntos en la Red. Desde hace unos días, nuestro vídeo de sexo amateur puede encontrarse en una de las versiones pornográficas de YouTube. No diré cuál: Redtube.com, Pornotube.com, Youporn.com, Sexsube.com, Pornotuvo.com... cualquiera de esas webs que llevan en su nombre las palabras "tube" o "porno". O la consigna del "hazlo tú mismo".

Filmar tu propia peli porno tiene el encanto de comprar muebles en Ikea: sabes cómo hacerlo, sabes dónde tienes que meter la pieza, sabes dónde tienes que apretar... Pero de alguna manera el resultado nunca es exactamente igual que el de la foto. Hay tantos sitios de autoporno gratuito que no es extraño que la casi quebrada industria de las tres equis en Estados Unidos esté pidiendo subvenciones millonarias al Gobierno. Demostrando mi poca solidaridad con este gremio, he decidido subir nuestro vídeo, que dura cuatro minutos con 25 segundos. En realidad, el sexo duró más, valga la aclaración, esto es sólo un aperitivo. La estética es sin duda trash porque no se nos ocurrió una mejor localización que nuestra cama desordenada y mejores vestuarios que la ropa de andar por casa. Yo, que hice las veces de protagonista, productora y directora, pensé que sería mejor pasar de vestidos a desnudos que no presentarnos violentamente como vinimos al mundo. Puse la cámara sobre una esquina del mueble y play, empezó a correr y nosotros a movernos con la segura impresión de tener al ojo vigilante sobre nuestras nucas, un ojo que se multiplicaría en decenas o cientos que nos verían o nos están viendo ahora, excitándose con las piruetas de nuestra intimidad violada por nosotros mismos. Antes de que te pillen, te pillas. Eres tú la resistencia y el Gran Hermano a la vez. Para mostrarse en esta gran vitrina sólo hay que registrarse y formar parte de la Red de los tuberos. Una vez que te has hecho miembro tienes, siguiendo la misma mecánica que en YouTube, tu propio canal o espacio para subir vídeos. Ningún vídeo sobrepasa los 30 minutos, lo que revela un gran realismo por parte de los administradores. Para qué más. Es cierto que muchos suben fragmentos de vídeos porno profesionales de estética amateur, pero me gusta pensar que hay otros tantos que son reales, como el nuestro, una ventana en nuestra habitación.

¿Por qué los hacemos? ¿Por qué lo hacen? ¿Simple exhibicionismo? ¿No nos gusta ser parte del mercado de los cuerpos, pero nos gusta compartir, regalar sexo? Quizá simplemente nos gusta ver a gente común y corriente como nosotros teniendo sexo común y corriente.

Todas las noches entro en la web a ver si contamos nuevos votos, pero sigue en el top la misma parejita de chavales de Granollers. Hasta la fecha hemos conseguido sólo dos estrellitas y ningún comentario. Pero no hay que desanimarse. Esto de ser pornostar casera lleva su tiempo.