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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Un récord memorable

El Barça destroza al Deportivo y obtiene 50 puntos de los 57 posibles en la primera vuelta de la Liga

Ramon Besa

El Barça cuadró anoche una primera vuelta de récord en la Liga con la solemnidad y autoridad que demandaban los números del campeonato: 50 sobre 57 puntos posibles. Las marcas son muy relativas en el fútbol, un deporte que se mide por los títulos, y a día de hoy los azulgrana están a mitad de camino de la meta y aún no han levantado un trofeo. Hay parámetros, sin embargo, que sirven tanto para reforzar la autoestima del protagonista como para disuadir a los rivales. Algunos ni siquiera son cuantificables sino que resultan intangibles, como por ejemplo el buen juego. El mérito del Barcelona es que conjuga los buenos registros con las mejores sensaciones. La actuación de ayer ante el Deportivo estuvo en consonancia con las cifras históricas cuando el torneo llega a su ecuador: jugaron una primera parte excelsa, con la precisión de un reloj y el encanto de los equipos con ángel, para después administrar su fortuna con solvencia, elegancia y más goles.

BARCELONA 5 - DEPORTIVO 0

Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Abidal; Xavi, Touré (Iniesta, m. 71), Keita; Messi, Eto'o y Henry. No utilizados: Pinto; Márquez, Gudjohnsen, Bojan, Sylvinho y Hleb.

Deportivo: Aranzubia; Manuel Pablo, Lopo, Zé Castro, Filipe; Sergio, Juan Rodríguez; Cristian (De Guzmán, m. 64), Verdú, Guardado (Lafita, m. 28); y Bodipo (Riki, m. 76). No utilizados: Fabricio; Adrián López, Antonio Tomás y Valerón.

Goles: 1-0. M. 20. Messi, tras una jugada personal. 2-0. M. 26. Henry remata un centro de Alves. 3-0. M. 40. Eto'o aprovecha un rechace. 4-0. M. 82. Henry finaliza un pase de Xavi. 5-0. M. 86. Eto'o, de penalti.

Árbitro: Rodríguez Santiago. Mostró la tarjeta roja directa a Aranzubia (m. 83).

Camp Nou: 65.145 espectadores.

Las intervenciones de Messi en el juego son tan selectivas como definitivas
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Aunque acuden a cada partido con una alineación distinta, por más que la mayoría comiencen por Valdés y Alves, los azulgrana derrotan a todos sus rivales de la misma manera. El equipo funciona colectivamente y desequilibra individualmente porque cuenta con los mejores futbolistas. Nadie pone los centros como Alves ni tiene la visión periférica de Xavi ni cuenta con un jugador de talla universal de Messi. Las intervenciones de la Pulga son tan selectivas como definitivas. Ayer le puso una pelota de gol a Henry nada más comenzar el partido. El francés, sin embargo, estuvo tan lento en el remate como rápido en el desmarque ante los centrales. Un rato después, cuando el Deportivo asomaba la cabeza, disminuía la presión azulgrana y el partido se equilibraba aparentemente como tantos otros, Messi compareció de nuevo para resolver soberanamente por su cuenta.

La Pulga enganchó en la banda derecha la pelota recuperada por Xavi y el campo se abrió de córner a córner, tanto que la jugada demandaba un pase sencillo al espacio para la carrera terminal de Eto'o. Discrepó Messi, que aceleró, tiró la diagonal hasta el centro y decidió acabar la acción personalmente después de un par de quiebros y un remate celestial, por cómo giró el cuerpo y golpeó la pelota, que se coló en la meta de Arazunbia después de dar en el palo izquierdo del meta como una bola de billar: suave, serena, exacta. Alrededor de Messi, fluye siempre el mejor fútbol de Barça y se enganchan jugadores admirables como Alves, generoso en el despliegue, preciso en el centro, certero con el tiro. Alves y Messi se juntaron para que Henry cabecera el segundo tanto y Eto'o remachara el tercero después de que el cabezazo de Keita fuera rechazado por Aranzubia.

A los 40 minutos, el Barça ya había marcado los tres goles de media de cada partido después de una actuación impecable: ocho remates a portería por ninguno de su rival y sólo cuatro faltas en contra. No había noticias del Deportivo, abatido y rendido por los goles y el juego, con Guardado lesionado. El encuentro se hizo entonces tan largo que la hinchada empezó a corerar el nombre de Iniesta. Existía la necesidad de una cara nueva para que el partido recomenzara después de un primer tiempo irrepetible por bien jugado. Iniesta apareció en la cancha con la ambición de un juvenil y el oficio de un veterano. Guardiola le administra los minutos después de sufrir la lesión más seria de su carrera, de manera que el volante no pierde el tiempo cuando el entrenador le da bola.

Iniesta se asoció con Messi, Alves y Xavi y amenizaron un segundo tiempo más entretenido de lo esperado, celebrado con un gol de Henry y un penalti del portero a Puyol que conmocionó a la afición. El capitán arrancó desde su cancha y no paró hasta que provocó la salida y el derribo de Aranzubia, cuando Lotina ya había cubierto los cambios. Juan Rodríguez tuvo que ponerse de guardameta, tragarse el penalti de Eto'o y aguantar seis minutos más bajo los palos mientras el barcelonismo festejaba la actuación de su equipo en una noche memorable. A día de hoy el Barça es una celebridad en el mundo del fútbol.

Los jugadores del Barça celebran uno de los cinco goles del equipo.
Los jugadores del Barça celebran uno de los cinco goles del equipo.VICENS GIMENEZ

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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